Violación de derechos
Gara, 24-05-2006
Alguna de las noticias que más han llamado mi atención estás últimas semanas ha sido que, a raíz de las varias protestas de inmigrantes, en el Estado francés se tomen medidas aún más duras contra estos colectivos, lo que seguramente es sólo el principio de sus nuevas leyes de inmigración y de nuevas reacciones de los mismos colectivos. Otra noticia interesante y esperanzadora fue saber que por fin hay manifestaciones globales de inmigrantes en Estados Unidos, con la respuesta poco inteligente de enviar más vigilancia y represión militar a nuestras fronteras, junto con su brillante idea de crear un muro más, de sangre y muerte entre México y lo que antiguamente también era México y que nos fue arrebatado por nuestros vecinos gringos, nuestra peor pesadilla, repitiendo el dicho «Pobres de nosotros, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos».
Hay otro hecho importante que me corresponde mencionar por deber y obligación, ya que soy mexicana y soy mujer, y es lo que sucede en México, en San Salvador Atenco: detenciones, secuestros y torturas, y las tantas violaciones a mujeres por policías y uniformados. Estos hechos sangrientos me recuerdan una vez más la constante violación de Derechos Humanos en mi país, y la cínica actuación de policías a los que no se les castiga ni se les condena.
Mi hermana fue violada de forma violenta y humillante durante los tres meses que duró su cautiverio, por policías y guardias, en una guerra sucia que no termina nunca, quedando con serias secuelas psicológicas y físicas que le durarán toda la vida. Estoy segura de que aunque sea grande nuestra capacidad de resistir al dolor, las madres, hermanas, hijas, todas nosotras mujeres víctimas ya no tenemos por qué aguantar ni callar todo lo que padecemos, tenemos motivos suficientes y dolor de sobra para que se escuchen no sólo las quejas y lamentaciones, sino la exigencia de que nuestros sufrimientos de mujeres violadas, torturadas y asesinadas no queden ocultos ni olvidados, ni queden sin la mínima compensación a nuestro dolor de poder ver que se detiene, encarcela y castiga a los asesinos y violadores y, sobre todo que se desenmascara a los políticos corruptos sin cerebro y sentimientos, que ordenan y permiten que estas atrocidades sigan sucediendo en nuestro país.
México tiene un Estado de México, Morelos Guerrero, Chiapas, Michoacán, Oaxaca, Sonora y sus demás provincias heridas, ensangrentadas y violadas. Lloramos a nuestros vivos y a nuestros muertos, pero ya no queremos más llantos, ni más muertes, las mexicanas y los mexicanos queremos y exigimos JUSTICIA. –
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