Al pintor Pepe Claros le gusta caminar. Se lo puede uno encontrar por cualquier plaza de la ciudad, o por Torreagüera, localizando a los chavales que le han hecho novillos. Aunque la debilidad de Pepe Claros son los viajes. Con regularidad suele escaparse a los paises más exóticos, a los rincones más apartados del mundo, para traer hasta Murcia un sinfín de imágenes plasmadas en lienzos. Luego las adereza con el olor, la música y hasta con los sabores más característicos, para presentarlas al público con sorpresivas puestas en escena. Su última ocurrencia ha sido montar un espectáculo sobre las Mil y una noches, con sus alumnos del IES Monte Miravete de Torreagüera.

– ¿A qué se debe su montaje teatral, siendo profesor de dibujo ?

– Me apetecía cambiarle el chip a los chavales. Estaban demasiado interesados en los móviles y otros temas de ocio juvenil poco recomendables. Entonces se me ocurrió hacer una adaptación libre de los viajes de Simbad el Marino, de Las mil y una noches.

– ¿Cómo resultó la experiencia?

– Fabulosa. Al principio estaban un tanto escépticos. Después descubrieron la magia del escenario y comenzaron a exigirse. A responsabilizarse de sus respectivos papeles. De la apatía pasaron al entusiasmo. Al deseo de repetir y de sacar el montaje del ámbito del instituto, para que los vean más gente.

– ¿Fue difícil convercerlos para que participasen en la obra?

– Al principio sí. Les daba vergüenza y se mostraban retraídos. Después resultó un excelente ejercicio de integración, ya que participaron alumnos de distintas etnias. Creo que el teatro es una buena terapia.

– ¿Está preparando alguna nueva exposición de su pintura?

– Sí. Estoy trabajando en un montaje sobre colores y ritos, para la Universidad Popular de Mazarrón. La temática se centra en las ofrendas para implorar las ofrendas de Maximón y el mercado de las flores de Guatemala. La bendición de los manuelitos en la catedral de Cuzco, y la macumba de la amazonía brasileña. Son temas de unos viajes que he realizado y los presentaré con una gran puesta en escena. La gente se ha acostumbrado a que cada vez la sorprenda con algo nuevo.

– ¿Es difícil montar una exposición tan ambientadas como las suyas?

– Lo complicado son los preparativos. Hay que cuidar muchos detalles. Los cuadros los pinto en base a mis recuerdos, los apuntes y fotos que tomo. Luego intento completar mis impresiones con la música, los olores y sabores de los paises protagonistas

– ¿Es complicado compaginar pintura y enseñanza?

– Lo importante aprovechar el tiempo. La enseñanza es una lucha diaria muy compleja. La pintura es lo que me da fuerza.