Los puertos de Italia están cerrados. El Ministro del Interior, Matteo Salvini, insta a repartir a los 42 migrantes que quedan a bordo del “Sea-Watch 3” entre Alemania (de donde procede la ONG Sea-Watch), y Países Bajos (el barco es de bandera holandesa): “Por mí se pueden quedar en el mar hasta Navidad o hasta Año Nuevo, a Italia no llegan”, según informa Efe.

El “Sea-Watch 3” rescató el pasado 12 de junio a 53 personas en un bote de goma ubicado en aguas internacionales, a unas 47 millas náuticas (87 Km) de Zawilla (Libia). La Guardia Costera libia, al conocer lo sucedido, le pidió al barco que trasportara a los pasajeros de nuevo a sus costas.

Pero, a pesar de que Salvini reclamó al barco que siguiera las instrucciones de Libia, la capitana del “Sea-Watch 3”, Carola Rackete, se negó a obedecer la orden de Trípoli por temor a que en el país norteafricano los migrantes se enfrentaran a la “detención ilegal, la violación, la tortura y la esclavitud”.

La embarcación buscó un puerto seguro en la isla italiana de Lampedusa. El 15 de junio alcanzó aguas territoriales italianas, un día más tarde de que se aprobase en Italia una ley sobre inmigración y seguridad pública, que impone a capitanes y armadores de barcos de rescate civil, multas de hasta 50.000 euros, así como la incautación de las naves que entren en aguas italianas sin permiso.

Salvini, sobre los migrantes del Sea Watch: “Por mí se pueden quedar en el mar hasta Navidad”
Antes de acceder a aguas italianas, la Guardia Costera realizó una evaluación médica de los 53 pasajeros y decidió desembarcar a diez de ellos, cinco de ellos por ser especialmente vulnerables, y a los otros cinco como sus acompañantes. El pasado fin de semana, se trasladó a otro de ellos a puerto, por lo que quedan 42 personas en el “Sea-Watch 3”, varados en alta mar porque, tanto Italia como Malta, les han cerrado los puertos.

En su cuenta de Twitter, Salvini ha insistido en que, si a la ONG le hubiese preocupado realmente la salud de quienes viajan a bordo, ya se habrían dirigido hacia Países Bajos, “podrían haber ido y haber vuelto”. “Que el problema lo resuelvan Ámsterdam, Berlín y Bruselas”, ha dicho el vicepresidente y ministro del Interior italiano.

Para él, este conflicto es “una evidente provocación política”. Salvini ha defendido que su Gobierno ya “ha dado muestras de absoluta solidaridad” al acoger a los migrantes enfermos, y ha asegurado que Italia no se dejará manejar “por una ONG que no respeta las reglas”.

Entretanto, y hasta que se solucione el conflicto, 60 ciudades y municipios europeos se han ofrecido como zonas seguras para acoger a los pasajeros del “Sea-Watch 3”.