Los refugiados han logrado salir por un día del olvido y el abandono al que se ven condenados, y líderes políticos, sindicatos y otras instituciones han coincidido con las numerosas ONG que atienden a estas personas en la necesidad de defender sus derechos y darles una mayor protección.

Lo han conseguido gracias a la conmemoración del Día Mundial de los Refugiados que se celebra este jueves, con el que se trata visibilizar el drama que afecta a los más de 70 millones de desplazados forzosos que se ven obligados a escapar de sus países, según los datos de Acnur.

Desde la política, uno de los primeros en reaccionar ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en Twitter ha escrito: “Cada día, miles de personas en el mundo se ven obligadas a dejar su país. En el #DiaMundialDelRefugiado reivindicamos la necesidad de abordar este reto global desde la solidaridad, el respeto a los DD.HH. y el multilateralismo, con una política europea común de asilo y refugio”.

Pablo Casado ha optado por retuitear la cuenta de la Ruta Social del PP que destaca la necesidad de dar entre todos “una respuesta eficaz y solidaria a las personas que sufren el drama de tener que abandonar su hogar por culpa del conflicto y la persecución”.

Desde Cs Albert Rivera también ha recordado a las millones de personas obligadas a huir de sus hogares “por la guerra o la tiranía” y ha destacado que “detrás de cada refugiado hay un drama” que merece “una respuesta solidaria”.

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha usado la citada red social para recordar que “uno de cada dos refugiados son niños o niñas”, mientras que Izquierda Unida ha enviado un comunicado para denunciar la “externalización del sufrimiento, el dolor y la muerte” que practica la Unión Europea y ha exigido, entre otras cuestiones, el “derecho efectivo al asilo”.

En este sentido, el defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, ha vuelto a denunciar los problemas de acceso al procedimiento de asilo y a las plazas de acogida, que centran la mayor parte de las quejas que se le formulan en esta materia.

Y es que España acumula ya más de 102.000 solicitudes de asilo sin resolver, cuando a cierre de 2018 eran pocas más de 78.000; hasta el pasado 31 de mayo, se habían presentado 46.596 peticiones, sobre todo de venezolanos (16.845), colombianos (10.122), nicaragüenses (2.698); hondureños (2.666) y salvadoreños (2.078).

Así lo ha recordado CCOO, que ha lamentado el “absoluto abandono” que sufren estas personas y la saturación en la que está inmersa la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) a pesar de la reciente ampliación de su plantilla en 232 nuevos puestos, de los que “se han cubierto alrededor de 170 con personal interino”.

Del total de demandantes, 11.669 eran menores acompañados por sus familias, según Save the Children, que critica que se rechazan dos de cada tres de aquellos que llegaron sin estar acompañados. El año pasado, tan solo 75 niños y niñas sin referente familiar solicitaron asilo, lo que pone de manifiesto que “no se está brindando información adaptada” en los centros autonómicos.

Pese a las cifras históricas de peticiones de protección internacional, tan solo se acaba aceptando una de cada cuatro. Entre las que han conseguido asilo este año figuran siete mujeres nigerianas víctimas de trata y un menor acogidas por el Proyecto Esperanza, que en los cinco primeros meses del año ya ha atendido a un total de 55.

El Día Mundial de los Refugiados ha coincidido además con una nueva tragedia en las costas españolas, en las que han desparecido 22 personas en el Mar de Alborán.

Un drama que para la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) pone en evidencia “el fracaso” del “cambio de estrategia” del Gobierno en materia migratoria y su decisión de retirar Salvamento Marítimo más allá de la zona SAR.

Porque, como ha recordado a Efe la directora de Accem, Julia Fernández, tras la crisis de refugiados que desencadenó la guerra de Siria en 2015, el drama de estas personas “ha desaparecido de todos los sitios” por lo que ha apelado a la necesidad de “retomar el discurso de conocimiento y sensibilización” sobre esta realidad.