Un hombre de 50 años recibe tres puñaladas durante la madrugada en el barrio de Ventas

La Razón, 21-05-2006

Madrid – La madrugada de ayer añadió dos nombres más a la trágica lista de
muertos y heridos por apuñalamientos con arma blanca, que crece
alarmantemente día a día. En el barrio de Ventas, un hombre recibió tres
puñaladas y se encuentra muy grave, mientras que otro era acuchillado en
Villaverde, aunque su estado no reviste gravedad.
   El herido en
Ventas es un varón de cincuenta años de edad y nacionalidad española. Fue
hallado a las 6,30 horas en las confluencia de las calles Bocángel y
Alcalá, tirado en el suelo y sangrando abundantemente. Presentaba tres
puñaladas en las piernas: dos cortes muy profundos en la parte lateral del
muslo izquierdo y una puñalada penetrante en la ingle derecha que le
seccionó parte de la arteria femoral. Mientras trataban de estabilizarlo,
entró en parada cardiorrespiratoria, por lo que los efectivos del SAMUR
procedieron a reanimarle. Posteriormente, fue trasladado al hospital
madrileño de La Princesa, donde ingresó en estado crítico. Se desconoce el
móvil de la agresión y los autores de ésta, aunque fuentes policiales
informaron de que tres hombres fueron vistos huyendo del lugar.
   El
suceso de Villaverde Bajo tuvo lugar también de madrugada. A las 2,40
horas, Benjamín S. S., un varón de etnia gitana de 23 años, fue apuñalado
en la puerta misma de su domicilio, en el numero 22 de la calle Francisco
del Pino. El agresor, un hombre de nacionalidad marroquí de 36 años y con
antecedentes penales, le asestó dos puñaladas que lo hirieron en una mano
y un homoplato y se dió a la fuga. Sin embargo, la rapidísima intervención
de miembros de la Sección Especial de Reacción y Apoyo (SERA) de la
Policía Nacional, más conocida como «Centauros», permitió que se le
detuviera. «Vinieron enseguida, comenta el dueño del bar Carrasco, cuya
casa está enfrente de la del herido. «Uno de ellos preguntó por dónde se
había marchado y salió tras él. Consiguió cogerlo».
   Muchos vecinos del inmueble ni siquiera se habían enterado ayer de lo
sucedido al herido, casado y con dos niños, que en la tarde de ayer ya
había sido dado de alta y había vuelto a casa, dado que su herida no
revestía gravedad.
   

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)