Acoger a los refugiados, una asignatura pendiente
Los gobiernos aún están muy lejos de poder garantizar la seguridad de los migrantes y personas desplazadas que llegan a Europa
La Vanguardia, , 18-06-2019La crisis de los refugiados es uno de los problemas globales más graves de los últimos años. Es un tema común en los medios de comunicación, en los discursos políticos, en las conversaciones cotidianas, pero ¿quiénes son y de dónde vienen estas personas?
El 20 de junio se celebra el Día Mundial de los Refugiados para dar más visibilidad a aquellas personas obligadas a huir de su país por culpa de un conflicto, una persecución o una violación de los derechos humanos.
En el caso de Europa, los países no estaban preparados para la llegada masiva de personas desplazadas que huían de conflictos armados en Siria, Oriente Medio o África.
Durante los últimos años, los gobiernos han aplicado medidas para frenar la llegada de migrantes que a menudo vulneran los derechos de los desplazados. Por esta razón, muchos se ven obligados a seguir rutas cada vez más peligrosas.
Llegada masiva de personas desplazadas
La llegada de personas desplazadas y solicitantes de asilo aumentó con la guerra civil en Siria, un conflicto que empezó en 2011 y ha obligado a huir a millones de personas de sus cases.
Desde entonces, muchos ciudadanos sirios se han desplazado por tierra y mar hasta los países europeos fronterizos, como Grecia y Bulgaria. A ellos se suman las personas que huyen de las guerras y persecuciones en otros países de África y que llegan a las costas de países como España o Italia.
En 2018, unas 140.000 personas llegaron a Europa por mar y tierra, según el informe Travesías Desesperadas de la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). Son personas en busca de un futuro mejor, lejos de la violencia que sufren en sus países de origen.
La ruta del Mediterráneo central ha sido la más utilizada para llegar a Europa en los últimos años. Los migrantes se ponen en manos de traficantes de personas y se embarcan sin garantías en arriesgadas travesías desde el norte de África.
Estas embarcaciones superan ampliamente su capacidad máxima, en condiciones muy inseguras. Se calcula que más de 2.000 personas murieron intentando cruzar el Mediterráneo en 2018, aunque es imposible saber con certeza cuántas fueron realmente.
Los gobiernos de la Unión Europea siguen sin llegar a un acuerdo sobre cómo ayudar y qué medidas tomar para garantizar la seguridad de las personas migrantes.
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