INMIGRACION
ALICIA, AZOTE DE NEGREROS
El Mundo, 21-05-2006Hay pocas cosas en Africa que consigan que 5.000 personas reunidas guarden silencio. Un silencio profundo, indignado; un silencio oscuro como sus pieles, incrédulo, desencantado. Un silencio como el que guarda el niño al que le cuentan la verdad de los reyes magos; como el que aguanta la mujer engañada por su príncipe azul o el viejo en el funeral de su mejor amigo. Un silencio como el que mantuvieron estos guineanos cuando vieron que su añorada Europa, su Dorado, su cuento de hadas, no es más que un enorme y brutal ¡¡¡ESPEJISMO!!!
Ocurrió hace unas semanas en el estadio de fútbol de Conakry, la capital de una de las Guineas de la costa occidental africana.Un grupo de animosos españoles consiguió llenar el aforo para proyectar un vídeo de sólo 17 minutos titulado: Europa, paraíso o espejismo. Pertenecen a una ONG pequeñita llamada Nimba, con base en Las Palmas de Gran Canaria, y liderada por una mujer de piel blanca y corazón africano, autora de este milagro: Alicia Navarro, cónsul honoraria de Guinea – Conakry en España, más conocida por sus compatriotas adoptivos como: Madamme d Afrique (La señora de Africa).
El día anterior se había celebrado, en este mismo escenario, un concierto internacional de raperos que les puso en bandeja la infraestructura necesaria: una pantalla gigante, buena iluminación y muchos vatios de sonido. La convocatoria se hizo como todo en este continente: por el boca a boca y el apoyo incondicional de las autoridades del país.
Con las luces apagadas, comienzan a sonar los acordes de la música compuesta por el realizador del vídeo, Chus Barrera, – el guión es de Alicia Fernández – y aparece la imagen de dos inmigrantes tomada a contraluz hablando sobre su experiencia en España. «Más nos hubiese valido habernos quedado en nuestro país…» explica uno de ellos. Poco a poco empiezan a desgranar su epopeya: cómo contactaron con las mafias, los engaños que sufrieron, las violaciones que padecieron las mujeres de su grupo, los sistemas de detección al llegar a la costa, los 40 días de internamiento en un centro de retención canario «donde no ves el amanecer…».
El público se remueve inquieto, como las hojas muertas bajo la brisa. Y empiezan por aprender que Canarias no es geográficamente Europa, que hay 1.800 km. hasta el viejo continente, que no hay mafias que les ayuden en ese recorrido y que las leyes, en España, son rígidas y, sobre todo, se cumplen.
Después, el vídeo tumba otro de los mitos: el trabajo, que no es fácil, ni sobra, ni está bien pagado. Las imágenes muestran las condiciones de vida de los temporeros, las prostitutas negras de la Casa de Campo o los vendedores ambulantes sobre el asfalto.«Caminamos por la calle como locos. De derecha a izquierda, de arriba a abajo. Entonces aparece un compatriota y le dices, ¿hacia dónde vas? Y le acompañas…», explica uno de ellos en el vídeo.
Los mensajes continúan: «Aquí la gente es individualista, no como en Africa. Cada uno desconfía del de al lado. Están encerrados en sí mismos, como las tortugas», añade otro. La escena de un hombre llorando preguntándose cuándo será querido arranca las primeras lágrimas entre el público. Luego llegan las historias de soledad, de familias rotas, de llamadas para decir que están bien porque tienen salud pero que transmiten una destrucción interior difícil de ocultar.
Y, por fin, llega lo peor: las imágenes de los cadáveres flotando boca abajo en el agua, los cayucos llenos de jóvenes tiritando, los nichos anónimos en el cementerio, los cuerpos sin vida sobre la arena de la playa… De repente, un grito estremecedor en una de las gradas aparta la atención del público. «¡¡¡Fred, mi Fred, es mi hermano. Está muerto!!!» Una mujer se tira histérica de los pelos mientras los que están a su alrededor intentan calmarla.Llevaba dos años sin saber nada de su familiar y ahora ahí, en público, ante 5.000 personas más, le descubre por última vez sin vida sobre una camilla de la Cruz Roja…
Aquella tarde, la policía militar de Guinea vació el estadio cuatro veces para que la multitud que esperaba fuera pudiese ver el vídeo. Más de 20.000 personas perdieron la inocencia en 17 minutos. «Salían cabizbajos, sin decir nada. Muchos nos esperaban a la salida para enseñarnos las fotos de sus familiares, de los que no sabían nada hacía tiempo. Bastantes mujeres tenían lágrimas en los ojos y los viejos invocaban indignados el nombre de Alá por lo que habían visto. Los jóvenes, que eran mayoría, salían desencantados», recuerda Alicia.
En los últimos dos años, La señora de Africa y su equipo ha realizado ocho viajes por Guinea y su frontera con los países limítrofes – Senegal, Sierra Leona, Malí – para llevar este mensaje de realidad pura y dura a la población. Más de dos millones de personas lo han visto ya en colegios, hospitales, mezquitas, plazas públicas, estadios, cines o parques callejeros. Dos millones de almas que se han hecho mayores de repente gracias a la tenacidad de esta mujer y su pequeño – gran proyecto.
Porque mientras el Gobierno central y el canario se están gastando millones de euros en blindar la frontera sur europea – sofisticados sistemas de radar, patrulleras, centros de retención, aviones – para paliar un éxodo que parece inevitable, Madamme d Afrique ha conseguido por tan sólo los 15.000 euros que ha costado la producción y difusión de este vídeo, que la emigración desde Guinea – Conakry se haya reducido un 70% en el último año.
El dato es oficial, facilitado por la propia delegación del Gobierno en Canarias. Fruto de ello, hace unos meses a Alicia le concedieron la medalla al mérito policial en reconocimiento a su labor. Eso sí, dinero no le dieron nada. Los fondos para el vídeo salieron de su propio bolsillo y de las donaciones espontáneas de los 700 socios que colaboran con Nimba, la asociación que tomó el nombre de la diosa protectora de las tribus Baya, que rige la fertilidad y las lluvias y que se encarna con una figura mitad rapaz, mitad mujer.
«El vídeo está sirviendo, entre otras cosas, para acabar con tópicos que los africanos tienen sobre Europa. Muchos piensan que las mafias de la emigración están controladas por los blancos; que los europeos somos racistas y los norteamericanos no; que el trabajo sobra; que todos los blancos hablamos francés, que somos ricos o que la ablación es una práctica habitual entre nuestras mujeres…», explica Alicia con una sonrisa.
Pero no todo han sido facilidades. No hay vídeo que pueda ante la imagen que ofrecen los escasos triunfadores que vuelven de vacaciones a su país, cargados de regalos, con un buen coche y con dinero para hacerle una casa nueva a los parientes. «Lo peor fue cuando la televisión se extendió por todo el país, hace cinco años. Antes, la cadena nacional sólo emitía programas al estilo cubano: reportajes sobre agricultura, el ejército o noticias del Gobierno. Hasta que empezaron a emitir series del tipo Falcon Crest donde aparecían esas mansiones blancas que tanto gusta a los africanos. De repente, comenzaron a llegar a Las Palmas algunos emisarios con visado que se dedicaban a fotografiar los chalés de la costa para luego copiarlos, a su estilo, en sus pueblos», añade Alicia.
Guinea – Conakry tiene la mitad de la superficie de España y una población de ocho millones de habitantes. Está gobernada por un régimen militar, de inspiración socialista, presidido por el general octogenario Lansana Conte, amigo de la cónsul española – es una de las pocas personas que tiene acceso directo a él – y que ha conseguido mantener la estabilidad política en el país.Y eso es mucho decir teniendo en cuenta que hace frontera con el polvorín de Sierra Leona y de que hablamos de la decimosegunda nación más pobre del planeta.
POLIGLOTA
Alicia Navarro nació hace 46 años en el pueblo alcarreño de Molina de Aragón. Su padre, canario de muchas generaciones, era catedrático de
Filosofía . De regreso al archipiélago, la familia se instaló en Fuerteventura, donde el señor Navarro ejerció varios cargos oficiales. Manteniendo siempre su labor de investigación en el campo semantico y etnográfico.
La isla fue la plataforma de lanzamiento de la pequeña Alicia en su pasión africana. De pequeña acompañaba a los pescadores en sus faenas por el antiguo Sáhara español y allí, jugando con otras niñas, aprendió el hassani, uno de los dialectos saharauis.La facilidad para aprender idiomas ha sido una constante en su vida. La señora de Africa habla hoy, además del español, inglés, francés, sueco, chino y fula, uno de los dialectos más extendidos en el Africa occidental.
Después estudió Biblioteconomía y comenzó a viajar sola por todo el continente. Contrajo matrimonio con Steffan, un ingeniero sueco, y tuvo un hijo, Johnatan, casado actualmente con una mujer taiwanesa y que la ayuda todos los días en las labores burocráticas del consulado. Ha escrito varios libros sobre temas etnográficos y desde hace una década es la cónsul honoraria de Guinea – Conakry, con pasaporte y todo, en nuestro país, aunque su influencia se extiende por toda Europa.
Sus jornadas son maratonianas. En España viven 37.000 guineanos, muchos de ellos en Canarias «y dan mucho trabajo porque no tienen donde acudir en caso de que haya algún problema», confiesa Alicia sentada detrás del escritorio de su despacho, ubicado en un sencillo piso, sede del consulado, de un edificio de oficinas del centro de Las Palmas.
A esa hora ya hay una cola de africanos cargados de papeles esperando su llegada. La mayoría entra a trabajar a las ocho de la mañana y tienen que resolver sus asuntos antes. Después llega el momento de contactar con la única patrullera que tiene el ejército de Guinea para vigilar los 300 kilómetros de costa, y con sus contactos repartidos por todos los puertos de esa costa africana.
La cónsul se ha convertido en una referencia obligada para las autoridades españolas cuando tratan de obtener información sobre lo que está pasando al otro lado del océano. Hace dos años, Alicia recibió otro premio en reconocimiento por su colaboración con la policía costera, desbordada ya por la marea de pateras que llegaba todos los veranos a las islas más orientales del archipiélago.
BARCOS A LA VISTA
Durante la entrevista del pasado jueves, recibió el aviso de la detección de un posible barco negrero a pocas millas de la desembocadura del río Nunez, casi en la frontera de Guinea con Senegal, donde iba a ser embarcado un grupo de emigrantes paquistaníes que llevaba semanas esperando en un campamento clandestino en su ribera.
«El año pasado localizamos una veintena de barcos de este tipo.Aunque apenas tenemos medios para combatir a estas mafias, sí sabemos como funcionan y podemos informar al Gobierno español de sus movimientos. Porque el presidente de Guinea no quiere que su país se convierta en una plataforma de lanzamiento de emigrantes hacia Canarias. Pero con una patrullera vieja y unas pocas zodiacs en mal estado, poco más podemos hacer», explica.
Según Alicia, los agentes guineanos tienen controlados todos los barcos semihundidos en su costa susceptibles de ser rescatados y reparados. Cuando esto ocurre, y comprueban cómo el navío está siendo pintado y cambiado su nombre – algo fundamental porque todos los barcos están matriculados en un registro mundial, lo que les hace más vulnerables en caso de ser localizados – , empiezan a hacerle un seguimiento exhaustivo.
«Si no los detectamos en este punto después todo es más difícil.Les suelen poner nombres de barcos que sí están legales para confundirlos mejor y una vez en alta mar no hay tiempo de comprobaciones.Se gastan más dinero en pintarlos y ponerles unas artes de pesca para confundir a los guardacostas, que en reparar los motores.Les da igual si se quedan tirados en alta mar o a la deriva, como ese barco que apareció hace poco en el Caribe. Les basta con que salgan de su costa bien cargados de emigrantes», dice Alicia.
La cónsul asegura que en la accidentada costa guineana existen varios campamentos clandestinos de inmigrantes, sobre todo remontando unos kilómetros algunos de los ríos navegables. La mayoría han llegado a través de la frontera de Malí. De allí son recogidos en cayucos o lanchas zodiacs y embarcados en alta mar en los barcos ya reparados.
Es en ese momento en el que Alicia entra en acción. Tras recibir el aviso directo de la patrullera guineana, avisa de inmediato a las autoridades de la isla. Con suerte, el barco negrero es abordado antes de que abandone la costa africana. En caso contrario, el siguiente punto de abordaje puede ser en Cabo Verde. Si llega a aguas internacionales, serán las patrulleras o aviones españoles los encargados de disuadir a la embarcación de llegar a la costa canaria, como sucedió el mes pasado con un navío senegalés.
«Cada barco lleva entre 80 y 300 inmigrantes a bordo. Si echamos cuentas, podemos haber evitado la llegada de 5.000 inmigrantes a nuestras islas. El problema es que en el resto de los países, como Senegal, Guinea Bissau, Sierra Leona, Liberia o Costa de Marfil, este control es mucho más difícil», añade la cónsul.
Sin embargo, ésta no es la labor más gratificante para Alicia: «Estamos intentando resolver el problema al revés. Cuando llegamos a los pueblos con nuestro vídeo, muchos nos preguntan indignados: “Sí, vale, es muy malo y peligroso emigrar. Pero, entonces, ¿qué alternativa nos dais?” Nosotros tratamos de dársela a través de nuestros pequeños proyectos de ayuda a la mujer o a las escuelas.Pero ayudaría mucho más si los gobiernos europeos les ayudasen a desarrollar lo que ya hacen naturalmente: trabajos textiles, artísticos o agrícolas en vez de apostar tanto por la represión que es lo que está provocando este genocidio».
La señora de Africa también puede presumir de haber ayudado a ganar una importante batalla contra la mutilación genital femenina, práctica permitida en Guinea hasta hace cinco años. Alicia consiguió convencer a las autoridades de este país de la brutalidad de esta práctica.
«Primero adujeron que era una tradición marcada por El Corán y no me creyeron cuando les decía que en este libro sagrado no se habla nada de esto. Durante dos semanas tuve que leerlo de cabo a rabo con el mufti para demostrarles que era mentira. Luego decían que era cuestión de interpretaciones. Afortunadamente, el presidente fue valiente y en el año 2000 dictó la Ley de Igualdad en la Salud Reproductiva por la que prohibió esta costumbre.Si hoy sorprenden a alguien haciéndola, le embargan los bienes de por vida».
Madamme d Afrique sigue su lucha pese de la cojera que la causó un accidente de coche. Ya está preparando el siguiente viaje.Cada vez que pisa el continente, se siente más de allí, más negra, más comprometida con la suerte de sus compatriotas adoptivos.Alicia, en el país de los inmigrantes…
FOTOS TITULADAS
DESENCANTADOS. El vídeo fue presentado en colegios como éste donde, primero, era visionado por los profesores que quedaron impactados.
CONECTORA DE MUNDOS. Alicia, con la bandera de su país adoptivo, en una playa de Las Palmas.
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