Ya que las matemáticas parlamentarias han dejado a CC más bien desdentada, buscan los nacionalistas de manera afanosa una foto. Muchas fotos capaces de suplir lo escaso del ruido que son capaces de hacer en la política nacional.

La última de las fotos que persiguen es la de Adán Martín con José Luis Rodríguez Zapatero a cuenta de la oleada de inmigrantes irregulares que se acercan a nuestras costas. Y si bien es cierto que el tema bien merece una conversación al más alto nivel, lo cierto es que la Administración central ya ha tomado las medidas que considera oportunas y hoy mismo el Consejo de Ministros aprobará el llamado Plan África. ¿A qué entonces una posterior entrevista entre los presidentes de España y Canarias? Cabría interpretar que lo que pretende el Gobierno de Canarias es obtener algún tipo de gratificación política al ejercicio de responsabilidad que está haciendo con este asunto y que le impide ponerse en línea con los comportamientos ultramontanos que exhiben responsables de otras instituciones gobernadas por nacionalistas, como el Cabildo de Tenerife. Digamos que reclama la oportunidad de que se visualice que la Administración central actúa en respuesta a la presión política e institucional que legítimamente se realiza desde el Gobierno de Canarias. Y una foto de Adán Martín siendo recibido por José Luis Rodríguez Zapatero a las puertas de La Moncloa resulta muy útil a estos efectos.

¿Por qué los socialistas buscan excusas para que no se produzca tal encuentro? Seguramente es precisamente por eso. Por evitar una lectura según la cuál actúan en función de las reivindicaciones del Gobierno de Canarias en lugar de hacerlo porque es su obligación responsabilizarse de una manera efectiva, y que no supongan un problema para ninguna comunidad autónoma, de las cuestiones que ocurren en sus fronteras. Estén éstas a 500 kilómetros de Madrid o flotando en un océano a más de 2.000 kilómetros de distancia.

No se entiende sin embargo un comportamiento tan cicatero. Si son incapaces de poner fin a situaciones como las que se viven en las costas canarias a consecuencia de la oleada de inmigrantes irregulares que están llegando en las últimas semanas, probablemente nadie lo sería con independencia de efectos llamada o rellamada, al menos que pongan talante donde no pueden aportar soluciones.

¿Le estará fallando el olfato a José Luis Rodríguez Zapatero hasta el punto de no reconocer que su presencia en la escalinata de La Moncloa acogiendo consolador el pesar del hombre que tiene a su cargo una autonomía donde pasan estas terribles cosas es una foto estupenda para su propio álbum de buena hombría? Mal asunto si a sólo dos años de llegar al poder empezamos a perder la frescura.

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