Madrid – Las autoridades de Mauritania aceptaron finalmente ayer la
repatriación de 60 inmigrantes subsaharianos de un vuelo que fue aplazado
el martes minutos antes de que un operativo con 90 policías embarcase en
el aeropuerto de Barajas para proceder a las devoluciones.
   El
dispositivo se abortó en el último momento porque Mauritania «no había
dado la autorización», justificó un portavoz de la Delegación del Gobierno
en Canarias a este periódico. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos
Exteriores detalló ayer que fueron «incidencias técnicas» las que
pospusieron el vuelo. «Los problemas surgieron en el trámite de
identificación de los extranjeros». Y es que el acuerdo de repatriación
que tiene suscrito España con Mauritania obliga al país africano a
readmitir a los extranjeros que llegan a España si se demuestra que
efectivamente salieron de sus costas, un trámite difícil de cumplir para
las autoridades españolas que Mauritania puede esgrimir para negarse a las
repatriaciones.
   La Confederación Española de Policía (CEP) fue la
que advirtió de que el operativo de 90 agentes preparado para viajar hasta
Canarias fue abortado en el último momento. Su misión era repatriar a 180
inmigrantes a Mauritania y Guinea Bissau en tres días.
   La
última ocasión en la que las autoridades de Mauritania aceptaron
devoluciones de extranjeros fue el pasado mes de marzo, cuando
consintieron la repatriación de 200 subsaharianos.