México advierte a EE UU de que el muro en la frontera no frenará a los ilegales

El Gobierno de Fox presentará una queja diplomática a Washington Las autoridades mexicanas abogan por una reforma migratoria «integral»

Diario Vasco, 19-05-2006

MÉXICO. El Gobierno mexicano rechazó ayer la decisión del Senado de EE UU de construir un muro en la frontera para frenar la entrada de indocumentados, pese a lo cual confió en que a finales de este mes se apruebe una reforma migratoria «integral». Los muros «son una señal de desconfianza y ésta nunca será la base de la amistad entre dos pueblos», dijo a la prensa Rubén Aguilar, portavoz del presidente mexicano, Vicente Fox.

El canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, anunció por su parte que el Gobierno enviará una nota diplomática para expresar su preocupación tras la determinación de los legisladores estadounidenses. Aguilar afirmó que el Gobierno de Fox «reitera su convicción de que los muros no resuelven el problema migratorio ni ofrecen una respuesta eficaz para garantizar la seguridad en la región fronteriza».

El portavoz señaló que la decisión adoptada el miércoles último por los senadores estadounidenses «va en contra de la tendencia de las relaciones internacionales, que busca tender puentes y no construir muros, y acercar a los pueblos derribando barreras físicas, comerciales y culturales».

Fox, quien ayer viaja a las fronterizas ciudades de Tijuana y Mexicali y la próxima semana visitará los estados de Utah, California y Washington (oeste de EE UU), «sostiene que la confianza es el principal sustento de la cooperación y el trabajo conjunto» en las complejas relaciones con su vecino del norte, enfatizó Aguilar.

México «reconoc que las medidas del Senado de EE UU «son decisiones que se toman en el marco de «su propia soberanía, la cual dijo respetar, pero considera que «la instrumentación de un nuevo régimen migratorio bilateral debe encontrar fundamento en la responsabilidad compartida y la cooperación», dijo el portavoz.

595 kilómetros

La decisión de los legisladores de aprobar la construcción de un muro de 595 kilómetros, como parte de la prevista reforma sobre inmigración, se produjo tres días después de que el presidente de EE UU , George W. Bush, anunciase el envío a la frontera de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional.

El Gobierno de Fox considera que el despliegue de los efectivos no representa la «militarización» de la frontera , como aseguran los opositores a la medida en México y los Estados Unidos.

Aguilar señaló ayer que la decisión del Senado de aprobar la construcción del muro y el despliegue de la Guardia Nacional no significan un «fracaso» de la política exterior de Fox, como afirma la oposición política mexicana.

El portavoz presidencial aseguró que su Gobierno confía que los legisladores estadounidenses aprueben «a finales de este mes» una reforma migratoria «amplia e integral».

Fox aspira a que la norma que finalmente avale el Congreso en Washington incluya la «regularización» y el respeto a los derechos humanos de más de 11 millones de indocumentados en EE UU, la mayoría de ellos procedentes de México , y permita «ordenar» los «futuros flujos migratorios» y mejorar la seguridad en la frontera .

El Gobierno mexicano confía en la aprobación de la reforma debido «a las señales positivas» procedentes de la Casa Blanca y del Legislativo, así como al apoyo brindado por los empresarios, los líderes religiosos y otros sectores de la sociedad civil, dijo Aguilar.

Fox no tiene previsto hablar con otros presidentes latinoamericanos sobre la decisión de los senadores estadounidenses de aprobar la construcción del muro, declaró Aguilar. Sin embargo, la cancillería mexicana confirmó la realización de una reunión ministros de Exteriores de América Latina para analizar la decisión de EE UU de desplegar a la Guardia Nacional en la frontera con México.

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