Bush defiende en plena frontera mexicana la necesidad del muro
El Mundo, 19-05-2006El presidente Bush puso ayer el pie en el punto más caliente de la frontera en Arizona y defendió la necesidad de construir un muro en «lugares estratégicos» de la zona limítrofe con México. El embajador mexicano de Exteriores, Ernesto Derbez, anunció entretanto que su país presentará una nota diplomática de protesta por la construcción de la triple valla de 370 millas (592 kilómetros) aprobada el miércoles por el Senado.
«La necesidad de reforzar la frontera es urgente», dijo ayer Bush a su paso por la ciudad de Yuma, a orillas del río Colorado, a donde llegó flanqueado por el congresista ultraconservador J. D. Hayworth, el mismo que ha propuesto amurallar los 3.200 kilómetros de frontera para frenar la invasión de mexicanos.
Bush había descartado repetidas veces la construcción de un muro en la frontera al considerar la idea inviable. Sus declaraciones de ayer, tras adentrarse en mangas de camisa en el desierto de Arizona, se interpretaron como una concesión más al ala derecha del Partido Republicano, que está dejando su dura impronta en la ley de la inmigración que será votada la semana que viene en el Senado.
«La situación en la frontera está fuera de control», admitió Bush. «Por eso hemos decidido mandar 6.000 soldados de la Guardia Nacional, para liberar a la Patrulla de Fronteras en la primera línea de acción contra la inmigración ilegal».
Bush insistió en que los soldados no podrán detener directamente a los indocumentados y recalcó que su misión se limitará a la vigilancia, a la construcción de vallas y barreras antivehículos y a tareas de apoyo. «Yo he sido gobernador de un estado limítrofe y sé lo grande que es la frontera», dijo Bush. «Para controlar la situación, tiene sentido levantar vallas en lugares estratégicos», recordó, horas después de que el Senado aprobara la extensión a gran parte del desierto de Arizona de las vallas que hasta ahora cubren apenas 140 kilómetros en los pasos fronterizos de Tijuana, Nogales, Ciudad – Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros.
«Arizona es la zona cero de la inmigración», recordó el congresista J.D. Hayworth a su paso por Yuma. «Aquí se juega el futuro de nuestro país. Aquí intentan entrar todos los días más de 6.000 ilegales, y unos 4.000 lo consiguen. Esta situación tiene que acabar».
Bush se mostró, mientras, a la defensiva, respondiendo así a las críticas de otro republicano ultraconservador, James Sensenbrenner: «Yo no apoyo una amnistía de ilegales… América puede ser una sociedad de leyes y una sociedad abierta al mismo tiempo: no tenemos por qué elegir entre las dos».
Pero el presidente norteamericano ha elegido apostar por la seguridad para complacer a las bases de su propio partido: su consejero y emisario Karl Rove recorre estos días el sur del país con esa misión.
Bush decidió no desempolvar el español a su paso por Arizona e insistió, esta vez, en «la necesidad de aprender inglés como parte del proceso de asimilación de este país». El presidente recalcó que «hablar la lengua inglesa» será uno de los requisitos para que una parte de los 12 millones de indocumentados puedan echar raíces en el país.
El espectro del muro acompañó al presidente de principio a fin a su paso por Arizona. Desde Washington, el impulsor de la medida, el republicano Jeff Sessions, celebraba así la decisión: «La construcción de la valla mandará una señal: los días de la frontera abierta se han acabado. Las buenas vallas hacen buenos vecinos».
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