Nadie duda de que uno de los principales problemas de a inmigración es la mala salud económica de sus países de origen. Invertir allí de donde proceden es una de las soluciones al masivo éxodo que sufren algunas zonas. Y si esa inversión la realizan además quienes ya han partido, el camino puede llegar a ser mucho más llano. Así lo ha pensado Caixa Catalunya, entidad que ha decidido invertir en Ecuador a través de su obra social, la Fundació Un Sól Món.

En dos años se han acogido al programa más de 200 personas. Las previsiones del programa son más ambiciosas y esperan recibir 130 nuevas solicitudes en lo que queda de año. Estas cifras se traducirían en 40 nuevos planes de empresa inciados o reactivados, 30 planes completados, 20 actividades creadas o ampliadas y 40 puestos de trabajo creados.

Según el censo de 2005, en España hay cerca de medio millón de ecuatorianos empadronados (497.799) que viven principalmente en Madrid (38%), Barcelona (15’2%) y Murcia (11’8%). En concreto, en Barcelona se concentran unas 75.000 personas. El colectovo es más numeroso en España después de los marroquíes.

Del total de los solicitantes, el 47% cuenta al menos con estudios de Secundaria. Ecuador es un país con más de 13 millones de habitantes de los que 4,5 viven en situación de extrema pobreza. El 60% de los solicitantes son mujeres y el resto hombres.

Los principales negocios que se los ecuatorianos que viven en España desarrollan en su país de origen son mayoritariamente tiendas (el 27%), restaurantes y negocios agropecuarios (12%), transporte (11%) y pequeña industria (9%).

es el caso de Denny Zambrano, un ecuatoriano que ayer estuvo en la presetnación del programa y aseguró que en la fundación le dijeron «que no necesitaba nada, solo ganas de trabajar» y que esta oportunidad es «el sueño que los extranjeros vinimos a buscar».

Su intención es volver a Ecuador, algo que considera habitual enter sus compatriotoas. «Todos los ecuatorianos queremos regresar porque tenemos que estar donde nos pertenece». Zambrano llegó a España hace cuatro años, en 2002, momento desde el que ha trabajado de jardinero en tres empresas distintas.

Ahora quiere poner en marcha su centro de jardinería en su pueblo ya que «es muy turístico y allí no hay ninguna empresa que se dedique a eso».

Otro caso es el de Narcisa Anchundia, que ha creado un negocio de bordados y piezas de vestir en San Vicente. Este caso es distinto, no obstante, porque Anchundia decidió que sea un familiar quien le gestione el negocio. Para llevar a cabo este cometido, Un Sól Món le ha concedido un microcrédito de 9.000 euros.