Senegal reacciona y ya ha interceptado cayucos

Canarias 7, 18-05-2006


Enviada especial a Saint Louis
La Gendarmería senegalesa ha detenido en los últimos días al menos a 20 personas que se dedicaban a organizar las salidas de los cayucos desde Saint Louis. Ya se ha empezado a interceptar embarcaciones antes de salir, aunque los emigrantes quedan en libertad.


El impacto que ha tenido el record de llegadas de irregulares a Canarias en la última semana comienza a tener reflejo en la actuación de las fuerzas de seguridad de Senegal, hasta ahora pasivas ante la salida de cayucos de sus costas. Pese al secretismo con el que se maneja la información, fuentes oficiales han confirmado que un total de 20 organizadores están detenidos bajo la acusación de tráfico de personas. Pasarán un mínimo de seis meses en prisión.


Los datos que maneja la Gendarmería apuntan a que la mafia de los cayucos de Saint Louis, formada por distintos grupos independientes entre sí con estructura piramidal, está dirigida por no más de diez personas – los capos – , que nunca llegan a tener contacto directo con los clandestinos pero se embolsan la mayor parte del pastel.


La mayoría de los detenidos pertenecen al segundo nivel de la estructura. Son los encargados de los libros de registro donde se apunta metódicamente quién ha pagado y cuánto, así como los turnos de salida. Estos libros podrían ser de gran utilidad para la identificación de los irregulares que llegan a Canarias, ya que en ellos consta el nombre de todas las personas que van en cada barco y otros datos personales.


Hay un tercer nivel de mano de obra integrado por los pescadores que conducen las piraguas hasta el punto de encuentro para recoger a los clandestinos y entregar el timón a uno de ellos.


Las detenciones se han podido realizar mayoritariamente gracias a denuncias directas de tres tipos: de otros traficantes, que al mejor estilo mafioso se enteran cuándo y dónde va a salir la competencia y dan el soplo a la gendarmería, de candidatos a inmigrantes clandestinos estafados – pagan pero los sacan de la lista para poner a otro que paga más – y de algunos padres, que acuden a comisaría en un intento desesperado de impedir que sus hijos mueran en la travesía.


Las actuaciones de los gendarmes se están centrando exclusivamente en desmantelar estas redes organizadas, en ningún caso sobre los usuarios del servicio que prestan. «Los que pagan para irse a Canarias no son culpables de nada, ellos sólo quieren escapar de la miseria y lo único que hacen es jugarse la vida», señala un miembro de la gendarmería que opta por el anonimato para evitar sanciones.


La Gendarmería senegalesa ha detenido en los últimos días al menos a 20 personas que se dedicaban a organizar las salidas de los cayucos desde Saint Louis. Ya se ha empezado a interceptar embarcaciones antes de salir, aunque los emigrantes quedan en libertad.
Un aviso y a volver a intentarlo

Lo único que los gendarmes hacen con los clandestinos que sorprenden en el momento de salir es darles una llamada de atención y una bienintencionada aunque poco eficaz charla sobre el peligro que el viaje en piragua entraña para sus vidas. Una vez leída la cartilla, los mandan de regreso a casa, aunque con la certeza de que lo volverán a intentar a la mínima oportunidad.


El problema de fondo es que más allá de denuncias expresas, la gendarmería no tiene medios para controlar toda la costa. «Hemos reclamado a nuestro ministerio de Interior que nos envíe un helicóptero para ganar capacidad de vigilancia pero hasta ahora no hemos tenido respuesta», señalan desde las fuerzas de seguridad.


En este escenario, la noticia de la decisión del Gobierno español de enviar dos aviones de reconocimiento ha sido muy bienvenida. «Eso es lo que necesitamos, porque sin ayuda no podemos hacer nada», añade la misma fuente, «detrás de esto hay una mafia que está sacando mucho dinero y sólo los españoles pueden pararlo con medios materiales y humanos».


Pero hay quien discrepa de que el blindaje de la costa sea la solución. Si acaso un parche para que cese el impacto social del fenómeno. Eso es lo que piensa Dieye, dueño de un pequeño negocio en Saint Louis desde el ve a los jóvenes deambulando por las calles. «Todos esos que no tienen trabajo van a intentarlo de aquí o de donde sea», asegura, «y por eso cerrar la frontera poniendo más control en esta zona no reducirá el número de inmigrantes, sólo aumentará el número de cadáveres, porque saldrán de más al sur».
Siguen llegando


286 en el día. 286 inmigrantes llegaron ayer en cayuco o patera al Archipiélago. Por la mañana, la policía apresó a a ocho inmigrantes irregulares de origen marroquí en Gran Canaria. Ya por la noche, arribó a Arguineguín otra barquilla con 45 irregulares. Otros 233 llegaron a Tenerife a bordo de tres cayucos.


350 policías.


Más de 350 policías nacionales se encuentran actualmente prestando servicio en la Comisaria de Playa Las Américas (sur de Tenerife), cuando habitualmente lo hace 200. Los últimos agentes en incorporarse a la citada comisaria son 60 policías nacionales provenientes de Galicia.


820 expedientes.


El Tribunal Superior de Justicia de Canarias informó ayer de que durante los últimos seis días más de 1.300 inmigrantes indocumentados han pasado por los Juzgados de Arona (Tenerife), donde se han tramitado 820 expedientes. Los 820 expedientes han sido tramitados desde el 11 de mayo, mientras que ayer estaba previsto que pasaran a disposición judicial otros 187 inmigrantes.


2.008 en centros.


Un total de 2.008 inmigrantes, entre ellos 23 mujeres, permanecen retenidos en los centros de internamiento y en una comisaría de Canarias. El mayor número de inmigrantes retenidos están en Tenerife, un total de 944, repartidos en dos centros de internamiento y en una comisaría, mientras que en Fuerteventura hay 859 y en Gran Canaria, 205.
«Habrá que darse prisa en salir»

El aumento de la vigilancia acelera las salidas de cayucos
(Foto: canarias7)AMPLIAR

A por un sueño. Todos los hombres jóvenes de Saint Louis quieren coger un cayuco rumbo al Archipiélago.

Como un reguero de pólvora corre por las calles de Saint Louis la noticia de que el Gobierno de España va a destinar dos aviones de vigilancia a intentar frenar la salida de cayucos de Senegal. Todos hacen sus cálculos. Si van a empezar a controlar la costa, lo mejor será salir cuanto antes.


En las escaleras de la oficina de correos, se juntan a pasar el rato grupos de desocupados a la espera de sacar unas monedas a los escasos turistas. Alguien ha leído la prensa española por Internet y da la voz de alarma. «¿Y cuándo van a empezar a funcionar esos aviones?», pregunta Ahmadou, un conductor de calesa harto de llegar a cada día con las manos vacías, «porque yo lo tengo casi todo listo. Y si ahora nos van a cerrar la salida, habrá que darse prisa en marcharse».


Aún no hay fecha, pero el run – run de que esto se acaba, como ya sucediera en Mauritania va a imponer un ritmo acelerado a la salida de cayucos. «¿Y si me voy ahora qué me puede pasar al llegar allí?» Cuando oye que, salvo que se alcance un convenio de repatriación con Senegal de aplicación efectiva, lo más probable es que lo metan en un avión rumbo a Madrid, Ahmadou exclama satisfecho: «¡Pero si eso es exactamente lo que quiero!».


Pocos de los que aspiran a llegar al primer mundo tienen intención de quedarse en las Islas, ni siquiera en España. La mayoría procede de países francófonos y quieren ir a Francia o a Bélgica, donde el idioma no supone un problema y donde tienen familiares o amigos.


También ocupa un lugar destacado en el ranking de destinos Roma. «Italia es más divertida y son menos racistas», asegura Youssou. Sólo unos pocos, entre ellos Djene el artesano, que dice tener un «hermano de sangre» en Tenerife, aspira a establecerse en las Islas. Como segunda opción baraja Barcelona, que le suena muy bien, cómo no, por el fútbol.
salvavidas en la gendarmería


Los vínculos que conectan a modo de tela de araña a la población del barrio histórico de Saint Louis – todos tienen multitud de hermanos y primos en todas partes – , hace prácticamente imposible guardar un secreto. Aunque no había comunicación oficial, ayer ya era público también que los gendarmes habían empezado a tomarse el asunto de la inmigración irregular un poco más en serio. La evidencia la aportaba un somero vistazo a la Gendarmería, en cuyo patio se acumulaban chalecos salvavidas y enseres de una de las embarcaciones requisadas.
Cruz Roja continúa trabajando sin descanso y pide más material

Varios cargamentos llegarán a Tenerife en los próximos días

La capacidad de previsión de la Cruz Roja ha hecho posible la atención de los casi dos mil inmigrantes que han llegado en sólo una semana. «Esta llegada masiva no estaba prevista», señala Austin Taylor, coordinador del Equipo de Respuesta Inmediata para Emergencias, «menos mal que teníamos material para seis meses pero la verdad es que no pensábamos gastar tanto», añade.


La Cruz Roja ha tenido que solicitar ayuda de otras provincias para reabastecer sus almacenes de Tenerife y así continuar sin sorpresas. El martes llegó la primera ayuda desde Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, aún queda por llegar un cargamento desde Madrid con 500 kits individuales de primera ayuda, con ropa, alimento y mantas a los que habrá que sumar otros 500 de Gran Canaria.


A partir del lunes llegaran otros 2.000 kits individuales desde Valencia y el almacén de Gran Canaria también seguirá suministrando a la zona sur de Tenerife con otros 3.000.


Los voluntarios de Cruz Roja «se están volcando con los inmigrantes hasta límites increíbles», explica Taylor. 60 voluntarios van rotando en la atención a pie de playa de los recién llegados. «Sólo en unos pocos momentos hemos tenido hasta 40 de ellos y tres ambulancias para apoyar a las del SUC» dice el coordinador, así como médicos y enfermeras para prestar los primeros auxilios. «Hay voluntarios que han estado trabajando durante 48 horas sin dormir», afirma agradecido Taylor, «pero no por obligación sino porque, dicen, esta gente nos necesita aquí».


Además, el trabajo no sólo es la atención de los inmigrantes. «Hay que cargar todo el material que nos llega de fuera», explica Taylor. También hay quien se ha pasado horas encerrado en el almacén ordenando los kits individuales para que a los irregulares no les falte de nada.
atención sanitaria en la playa


n Hospital de campaña. Austin Taylor afirma que la instalación de un hospital de campaña en el Puerto de Los Cristianos «ha sido una gran idea». De esta manera se ha podido atender adecuadamente a todos los inmigrantes que arribaban con necesidad de primeros auxilios. «Dentro de la ambulancia sólo cabe el médico y el paciente y además era insuficiente», sostiene el coordinador.


n Heridas. El coordinador de Cruz Roja señala que el estado de los inmigrantes es relativamente bueno teniendo en cuenta la travesía que han realizado. Suelen sufrir pequeñas hipotermias y deshidratación pero sobre todo tienen heridas y úlceras provocadas por el salitre, gasolina y el sol. La mayoría son tratados en el mismo hospital de campaña y dados de alta.

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