C. M. / L.L.C

MADRID. Funcionará como instrumento «disuasorio, no agresivo, y humanitario». Son palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, referidas a la función que tendrá el dispositivo aeronaval desplegado por Defensa – para frenar la oleada inmigratoria de Canarias – en apoyo del dispositivo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Una función que, según fuentes próximas a la operación, significa que las tres patrulleras y las tres aeronaves que estarán a destinadas en esta misión se ocuparán de «pasar el testigo», esto es, de «fotografiar, evaluar la situación de la nodriza o el cayuco, su rumbo, su distancia de tierra» y de informar de todo ello a la Guardia Civil. Estos cometidos no incluyen en ningún caso «actuaciones» para frenar la llegada de embarcaciones.

De acuerdo con las mismas fuentes, esta información tendrá fundamentalmente un gran valor de «control y de disuasión», pero también «anticipatorio», en la medida en que servirá para poner en sobreaviso a los efectivos de la Benemérita y para tomar, en su caso, «decisiones sobre el terreno» tendentes a preparar seguridad, asistencias sanitarias, de alojamiento, etcétera, ante la llegada de embarcaciones con subsaharianos a bordo a las costas Canarias.

Ayer, el Instituto Armado seguía sin saber cómo debía coordinarse con Defensa en esta operación de choque, según fuentes de la Benemérita, que se preguntaban, en cualquier caso, para qué servía que se les avisara con algo más de antelación, excepto para esa asistencia humanitaria, que funciona de forma casi modélica.