Inmigrantes acampan más de un mes para conseguir una plaza de albergue
Asociaciones de ayuda denuncian la presencia de menores en la cola del centro municipal que se forma cada noche para acceder a una de las citas
Las Provincias, , 23-04-2019En pleno barrio del Carmen, junto a la calle Ripalda, el suelo mojado y frío de estos días está ocupado en parte por mantas, plásticos, cartones y varias tiendas de campaña. Familias inmigrantes extranjeras hacen cola de esta manera tan primitiva en la puerta del Centro de Atención a la Inmigración (CAI) para conseguir una plaza en uno de los cuatro albergues disponibles en Valencia. Se dan casos de personas que llevan más de un mes durmiendo de ese modo, dado que vuelven cada jornada.
La situación fue denunciada ayer por la Asociación ‘València és Refugi’ a raíz del caso de una familia búlgara (madre, padre y dos niños menores de seis y nueve años respectivamente) el pasado día 15, que no consiguieron plaza y acabaron en un hostel de la estación del Norte gracias a las gestiones de esta entidad después de un periplo de peticiones que no cuajaron.
«Llamamos al servicio de Urgencias, pero nos dijeron que no podían darles plaza porque ya lo habían hecho una vez y el protocolo dice que no se puede repetir», señalaron fuentes de la entidad. Como este caso se han producido varios en los últimos meses. «Mujeres embarazadas que no han conseguido cama en un albergue, incluso un joven ciego que llegó en patera hace poco», apuntaron. En la puerta del Centro de Atención a la Inmigración, en la esquinas de las calles Ripalda y Pou, «casi siempre hay gente durmiendo», aunque su situación se ha agravado estos días festivos por el cierre de las oficinas y la lluvia persistente.
El problema es, añaden, la falta de recursos del Ayuntamiento para resolver estos problemas, además de un protocolo de actuación que no se entiende muy bien. «Dan diez números al día a los primeros que están en la cola; los siguientes deben esperar a la siguiente jornada», aseguran. El Consistorio tiene convenios con albergues de asociaciones sin ánimo de lucro, como San Juan de Dios o la Ciudad de la Esperanza, así como Casa Caridad y unas instalaciones municipales en Rocafort. «Aparte está el Centro de Atención a los Sin Techo, que se dedica a españoles, o el que presta Cruz Roja para los peticionarios de asilo», estos últimos con habitaciones en un inmueble de Mislata.
En la puerta de las oficinas cerradas hay dos jóvenes que aseguran estar allí más de un un mes. Por las mañanas se monta algo de gresca con el orden de la cola. «Hay un policía local en la puerta, que es quien reparte los números y a veces hay acusaciones de que alguien se intenta colar», afirman desde la asociación de ayuda. La mala situación en la que se ha quedado la familia con los dos menores a su cargo ha agravado las críticas a la gestión de la concejalía de Cooperación y Migración. «No dan solución ninguna y miran para otro lado». Demandan que se puede pedir cita de manera no presencial, para evitar las acampadas y que se resuelva la falta de atención de la oficina los fines de semana y los días festivos. «Señora Neus Fábregas, abra las puertas, son niños bajo la lluvia, personas indefensas, chavales de la edad de nuestros hijos, sobrinos y hermanos».
Apelan a que deje de «hacer propaganda electoral diciendo que somos ejemplo de acogida porque lo que está pasando en nuestras calles es una vergüenza. Estamos asistiendo dentro de nuestras posibilidades, reparto de manta, comidas y llamadas al Servicio de Urgencias». La asociación tiene un año de funcionamiento, indicaron, y se vale en ocasiones de familias de acogida.
El centro municipal se dedica al apoyo de los equipos de Servicios Sociales con la población inmigrante, es decir, la búsqueda de plazas en albergues para los que carezcan de cobijo. Entre sus fines se encuentra la «coordinación de las actuaciones, proporcionar información que en materia de extranjería necesite la población inmigrante para su regularización documental, y ejecutar algunos trámites de la normativa de extranjería, como informes de arraigo social». Por último, se habla de desarrollar «acciones socioeducativas que favorezcan la convivencia».
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