La novela negra como excusa
José Luis Correa, creador del detective Ricardo Blanco, se desprende del original de ‘La hija del náufrago’ y de una colección de libretas ‘Moleskine’ para depositarlos en la Casa-Museo Pérez Galdós. El escritor pasará a formar parte de los archivos literarios de autores contemporáneos del centro museístico centrado en las letras.
Canarias 7, , 23-04-2019El escritor José Luis Correa (Las Palmas de Gran Canaria, 1962), asegura que «lo del género es una excusa para llegar al lector y contar lo que quieres contar». Correa conviene en que su trayectoria «está asociada sobre todo a Ricardo Blanco», el detective que protagoniza su célebre saga de novelas creado hace ya más de quince años como homenaje al cine negro y la novela negra americana, entre las que se encuentran Quince días de noviembre, Muerte en abril, Muerte de un violinista, Un rastro de sirena, Nuestra señora de la Luna, Blue Christmas, El verano que murió Chavela o El detective nostálgico, editadas por Alba.
«Ricardo está siempre conmigo, y morirá conmigo… o yo moriré con él», advierte el escritor canario, que asegura que seguirá dando recorrido a su icónico personaje en el futuro. «Seguirá dando guerra, esa es mi intención», agrega el novelista, que hoy, Día Mundial del Libro, hará entrega a la Casa – Museo Pérez Galdós de su manuscrito La hija del náufrago (la décima caja) y de unas libretas manuscritas para queden depositadas en los archivos literarios de autores contemporáneos del citado museo en el que reposan otros muchos de otros significados autores canarios.
«No me planteo si soy o no un escritor de género. Siempre he dicho que en mis novelas hay un muerto y una investigación que pasan por ahí, pero que no son el centro: escribo para contar un montón de cosas. Es verdad que la editorial Alba confía en mí y me pide novelas de este tipo, pero detrás hay una reflexión sobre mil historias. Corrupción, crisis económica, injusticias…», dice. Desde su óptica, el género negro «es la novela social actual, porque si intentas escribir una novela hoy en día que tenga contenidos realistas y críticos te sale una novela negra».
El autor defiende en este sentido el valor del formato negro para retratar asuntos de enjundia. «¿De qué queremos una novela? ¿De la realidad actual? Ahí lo tienes: la crisis, los desahucios, la diferencia de clases, la inmigración… Ahí está la realidad social», apunta. Y añade que «mi novela más personal es El tanatorio, que sólo está editada en digital: ahí está mi vida, la historia de mi familia. Eso es lo más negro que escrito yo, y no hay investigación. Lo del género es una excusa para llegar al lector y contar lo que quieres contar. Está muy bien la etiqueta para ordenar la estantería, pero me parece absolutamente exagerada y un concepto torpe de cara al lector». En la misma línea, recuerda cómo este tipo de obras comenzaron «como un subgénero, casi, y ahora resulta que hablamos de un súper género: todo el mundo termina ahí».
Escogió para la ocasión un original de La hija del náufrago (la décima caja): un relato que parte de un hecho real, el embarrancamiento del Alfonso XII en Gando en 1885. Su historia se ambienta poco después, en 1905, cuando la hija de uno de los buzos que perdió la vida en el rescate pretende esclarecer el misterio de la desaparición de una de las diez cajas con oro y documentos que el navío transportaba a Cuba. «Debía elegir una de mis obras», explica, «y me pareció que esta era interesante para que la gente pudiera descubrir cómo era la ciudad de Las Palmas en 1905… y también tiene tintes de novela negra».
Correa también cede al museo galdosiano una colección de sus libretas Moleskine manuscritas.
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