Washington debate la ley de Inmigración entre una gran presión política y en la calle

La Vanguardia, 18-05-2006

WASHINGTON. - Centenares de activistas proinmigrantes llegados de todo el país se entrevistaron ayer con congresistas – o sus ayudantes – en las oficinas del Congreso de Estados Unidos para presionar a favor de una ley que sea generosa con los sin papeles.La acción, que iba a ser completada horas después por una manifestación en el centro de Washington y una marcha hacia el Capitolio, se producía mientras en el Senado se discutía apasionadamente sobre la nueva legislación.
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El discurso televisado del lunes del presidente Bush, en el que propuso el envío de seis mil guardias nacionales para ayudar a controlar la frontera pero se pronunció a favor de legalizar gradualmente a la mayoría de los indocumentados, ha agudizado el debate y ha hecho más urgente la búsqueda de un acuerdo.
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Las acciones de lobby de ayer fueron organizadas por grupos como la We Are America Alliance, la May First Coalition y la National Capital Inmigration Coalition. El presidente de esta última, Jaime Contreras, es uno de los escasos líderes reconocibles que están surgiendo de un movimiento en gran medida espontáneo y de base. Entrevistado por la radio pública NPR, Contreras dijo que pensaba llevar a los congresistas la reflexión de que “los inmigrantes en este país están trabajando duro cada día para hacer más fuerte a Estados Unidos”. “Yo llegué aquí como un joven indocumentado en 1988 que después sirvió en el ejército norteamericano, que ahora es ciudadano estadounidense y dueño de una casa, y que paga impuestos y trabaja duro cada día – explicó Contreras – . Ésa es la historia del 99% de los que han llegado a este país, que sólo quieren dar una vida mejor a su familia, poner comida en la mesa para sus hijos y ser capaces de lograr el sueño americano. Es el país de las oportunidades y por eso viene aquí la gente”.
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La prioridad de los activistas proinmigrantes en sus entrevistas en el Congreso fueron los 36 demócratas de la Cámara de Representantes que votaron a favor del duro proyecto de ley aprobado en diciembre y que, de aplicarse, declararía delincuentes a quienes hayan cruzado ilegalmente la frontera. En general, la Cámara de Representantes es más reacia a una ley blanda que el Senado, en parte porque la totalidad de la primera se somete a reelección en las legislativas de noviembre y teme ser castigada por los votantes.
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Las organizaciones proinmigrantes les explicarán, sin embargo, que durante el verano llevarán a cabo una campaña masiva para inscribir como votantes a los hispanos que ya están nacionalizados y para que quienes son residentes legales colaboren, repartiendo propaganda y llamando a puertas, para a elegir a candidatos favorables a su causa.
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Dos votaciones en el Senado sobre enmiendas preliminares supusieron una derrota para la línea dura. Se desechó la idea de congelar el plan de permisos laborales temporales hasta haber aplicado en su totalidad las medidas de reforzamiento del control fronterizo. Por otro lado, se limitaron a 200.000 los visados anuales para esos permisos temporales. En cualquier caso, la versión final del Senado deberá ser homogeneizada y consensuada con la Cámara de Representantes.
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Bush viaja hoy a Yuma (Arizona) para observar la situación en la frontera. En esta zona, donde se registran temperaturas altísimas, murieron 51 inmigrantes – la mayoría deshidratados – el año pasado. Allí se reunirá con la gobernadora del estado, la demócrata Janet Napolitano, muy crítica con la lenta respuesta federal al desafío migratorio.
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