GASTEIZ

Los diputados franceses dieron ayer luz verde al controvertido proyecto de ley impulsado por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que endurece las condiciones de entrada y estancia de los extranjeros.

El texto, que debe ser debatido los próximos días 6 y 7 de junio por el Senado, salió adelante con 367 votos a favor y 164 en contra. La futura norma preconiza la inmigración «escogida», frente a la «sufrida», según palabras de Sarkozy, y fue respaldada por la conservadora UMP. La centrista UDF dejó libertad de voto a sus diputados, mientras que socialistas y comunistas votaron en contra.

Este proyecto de ley endurece las condiciones, ya recortadas en 2003, del reagrupamiento familiar y de los matrimonios mixtos, abre el mercado de trabajo en los sectores que tengan penuria de mano de obra y exige una integración en la sociedad y un conocimiento del idioma para obtener un permiso de residencia de 10 años.