La Red de Acogida de Irun denuncia que «los controles racistas y las devoluciones ilegales» por parte de la Policía francesa siguen siendo «habituales» en la frontera franco-española, y asegura tener «documentados» los recientes casos de un menor africano y un turista brasileño.
PUBLICIDAD
inRead invented by Teads

Según señalan en un comunicado, este tipo de devoluciones son una «flagrante violación de derechos» y de la legislación europea, más si cabe tras la sentencia del pasado 22 de marzo del Tribunal de Justicia de la UE, que manifestó que «no se puede aplicar la directiva de retorno en fronteras interiores».

La plataforma guipuzcoana detalla el caso de un joven africano que a su llegada irregular a España es registrado como mayor de edad pese a tener en su poder una partida de nacimiento que indica que tiene 16 años.

Hace dos semanas llegó a Irun y, tras permanecer dos días en el centro de acogida de Martindozenea, que hay habilitado en el municipio fronterizo, prosiguió su viaje hasta la localidad vascofrancesa de Bayona, donde pernoctó en el albergue para migrantes Pausa, desde donde emprendió rumbo a Toulouse.

Sin embargo, en este trayecto, a la altura de Pau, fue interceptado en un control policial, cuyos agentes, al no tener la documentación en regla, lo trasladaron a comisaría y tras consultar la base de datos europea sobre entradas en territorio Schegen lo devolvieron a la policía española.

En este caso, Irungo Harrera Sarea denuncia que el migrante africano, si fuera mayor de edad, no podría ser devuelto acogiéndose al procedimiento express porque llevaba en Francia más de las cuatro horas estipuladas y, si fuera menor, tampoco sin vulnerar sus derechos como tal.

La red ciudadana detalla otro caso de retorno ilegal, el de un ciudadano brasileño que tras llegar a Portugal como turista, se desplazó en tren desde Lisboa a París pero, al ser identificado en Hendaia, la Policía francesa lo devolvió a Irun «pese a tener pasaporte en vigor y no haber superado los 90 días de estancia en el espacio Schengen» que marca la legislación para turistas. El turista «es negro» y por este motivo ha sido objeto de «un control racista» y «una devolución ilegal», sostiene la Red de Acogida de Irun.