L. L. CARO / C. MORCILLO

MADRID. El dispositivo aeronaval de vigilancia y disuasión diseñado por el Ministerio de Defensa para reforzar a las Fuerzas de Seguridad en su tarea de frenar la llegada masiva de inmigrantes a las costas de Canarias ya está prácticamente en marcha. Y seguirá allí «sine die». Fuentes militares consultadas por ABC señalaron que la orden en el departamento era desplegar los recursos destinados al archipiélago «para ayer», en una expresión de que la consigna es de máxima urgencia con el fin empezar a desempeñar cuanto antes la labor de apoyo que han exigido las circunstancias y el Gobierno.

Los trabajos para diseñar el dispositivo concluyeron con la decisión de destinar a esta misión dos patrulleras de altura de la Armada – una de las cuales opera ya desde hace tiempo en la zona en el control y prevención de las oleadas de subsaharianos – y una tercera de vigilancia costera, que ayer ya había comenzado su viaje en dirección a las islas procedente de una unidad de la cornisa cantábrica.

Junto a ello, el departamento que dirige José Antonio Alonso informó también de que se han activado dos de los aviones Fokker – 27 destacados en el Servicio Aéreo de Rescate del Ala 46 de la base de Gando, en Las Palmas, y un aviocar C – 212 adscrito al 801 Escuadrón de la base aérea de Son San Juan, en Palma de Mallorca.

En lo que respecta a la actuación concreta que corresponderá a estos efectivos en el marco de la crisis inmigratoria desatada en Canarias – itinerarios a seguir, funciones, la coordinación o las competencias de los efectivos militares – las mismas fuentes señalaron que «en esta misión, sólo podremos reforzar la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», en referencia al operativo desplegado por el Ministerio del Interior. «En una operación en que las fuerzas del orden público se ven desbordadas, nosotros aportamos esas capacidades que faltan para contribuir al fin que se está persiguiendo», añadieron.

Sin noticias en la Guardia Civil

No obstante, la Guardia Civil no ha recibido noticias, mucho menos una orden de Interior, de que tengan que supervisar el operativo diseñado por Defensa para luchar contra la oleada de pateras, según confirmaron a ABC fuentes del Instituto Armado.

El despliegue de la Guardia Civil en los países emisores de inmigrantes se reduce, en estos momentos, tras los sucesivos planes del Gobierno a una patrullera del Cuerpo con ocho agentes que partió el lunes de Marín rumbo a Mauritania. A ella se incorporarán dos gendarmes mauritanos para la vigilancia en alta mar y la interceptación de cayucos. A este país se ha destinado, asimismo un oficial de enlace (en Nuadibú) que empezará su misión en paralelo. España regalará, además, cuatro patrulleras a Mauritania con el fin de implicarlos en el control de la inmigración ilegal. Eso sí, no llegarán hasta que se forme convenientemente a los oficiales necesarios en el manejo de los barcos.

En Marruecos, la Guardia Civil también cuenta con un oficial de enlace en Rabat, dedicado a inmigración, mientras que los marroquíes tienen un despacho en Algeciras para el gendarme de intercambio.