Durante muchos años la acción de Cáritas parroquial, o Cáritas de Goierri, quedaba ligada, de cara a la sociedad, al reparto de ropa y de alimentos. Una actividad solidaria que sigue estando muy presente pero que han complementado ampliamente. Son ya varios años en los que la oenegé ligada a la Iglesia destina buena parte de sus energías al necesario apoya al migrante, desde la acogida al acompañamiento. En el caso de Beasain, esta acción se lleva a cabo los miércoles (excepto el último de cada mes) en los bajos de la casa parroquial, de 16.00 a 18.00 horas, donde también se ubica el ropero.

En la mencionada casona se acoge al migrante y ofrecen recursos para su integración social, en las distintas vertientes que ello implica, ya que no hay que olvidar que la mayoría de ellos están en situación vulnerable. «Se les facilita un apoyo que ayude a cubrir las necesidades básicas y que se traduce en un proceso de acompañamiento», remarca Juan Manuel Barandiaran, uno de los miembros de Cáritas parroquial que realiza la acogida junto al acompañamiento. «Se trata de recibir y acoger a la persona, ofrecerle una atención personalizada para iniciar un camino conjunto acompañado», añade.