El Gobierno ha lanzado su tercer plan en siete meses contra la inmigración ilegal, lo que demuestra que los dos anteriores no han servido para nada. El propósito es frenar la nueva ruta de embarcaciones que arranca de Senegal con destino a Canarias. Una marabunta humana. ¿Cómo se repatría a los que no tienen ni patria, ni pan, ni justicia, ni sandalias de pescador? Habría que hacer alambradas en el mar, lo que supone muchas rayas en el agua, y eso, después de la muerte de Fisac, es más difícil todavía. Mucho más fácil es alquilar un satélite para controlar a los cayucos. El problema no es sólo nuestro. El nefasto presidente Bush se está planteando militarizar la frontera con Méjico para impedir que lleguen más ‘espaldas mojadas’ con las barrigas vacías.

Lo que tendríamos que preguntarnos aquí es por qué no se alquila otro satélite para controlar a los estafadores profesionales que no sólo conviven con nosotros, sino que viven mejor que nadie. Nuestros investigadores son pésimos o bien cuando presentan el resultado de sus pesquisas no les hacen ni puñetero caso. Una de dos. Ahora nos enteramos de que Economía husmeó a Fórum Filatélico en 2001 y 2003. El Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales, dependiente del Banco de España, tenía la mosca detrás de la oreja, pero se conoce que estaba un poco sordo. Ha tenido que explotar el fraude de los sellos para que percibieran el ruido.

Un buen cartero, de esos que llaman dos veces, habría investigado mejor que estos detectives que no tomaron cartas en el asunto después del trasiego de dinero desde Gibraltar. Lo que quizá sucede es que en España los mejores sabuesos se destinan a perseguir pobres. A ver si a alguien se le ha olvidado declarar un ingreso de 300 euros o cosa así.