Fox rechaza ante Bush la militarización de la frontera común

La Voz de Galicia, 16-05-2006

México mostró ayer su preocupación a EE.UU. por el posible refuerzo militar de la vigilancia en la frontera común, de 3.200 kilómetros, en un momento en que se habían abierto expectativas por el reinicio de las discusiones en el Senado estadounidense de nuevas leyes migratorias.

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El presidente mexicano, Vicente Fox, telefoneó a su colega de EE.UU., George W. Bush, y le manifestó su disgusto ante la posibilidad, expresada en Estados Unidos de que los militares se dediquen a la vigilancia de la frontera.
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Según la Oficina de la Presidencia mexicana, Bush y Fox estuvieron de acuerdo en que «la solución a los problemas fronterizos es una tarea compartida y una responsabilidad conjunta de los dos países».
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Bush «aseguró al presidente Fox que no estaba contemplada la militarización de la frontera», y detalló «que se analizaba el apoyo administrativo y logístico por parte de la Guardia Nacional, no del Ejército, a las policías en la zona fronteriza», de manera temporal y preventiva, indicó la Presidencia mexicana.
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La Guardia Nacional estadounidense está formada por voluntarios y, aunque recibe instrucción militar, cumple tareas de apoyo a las policías locales en situaciones de gran emergencia, como terremotos, inundaciones o graves disturbios.
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Bush reiteró al mandatario mexicano que considera a su vecino un socio y un «país amigo al que se le reconoce y respeta», así como que «su convicción de que el tema migratorio sólo puede ser resuelto en el marco de una reforma integral y comprensiva».
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La posibilidad de intensificar la vigilancia en la frontera se da en un momento en que el Senado de EE.UU. reanuda el debate de una reforma migratoria que podría regularizar a millones de indocumentados.
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Pero la idea del envío de tropas tuvo una recepción mixta en el Congreso, donde algunos senadores están preocupados, porque creen que ese no es el rol de la Guardia Nacional.
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El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Stephen Hadley, aseguró que la idea es «dar una especie de recurso de reemplazo mientras la Patrulla de Frontera se prepara para enfrentar el desafío».
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La Patrulla de Frontera, que depende del Departamento de Seguridad Nacional, arrestó el año pasado a casi 1,2 millones de personas que intentaban cruzar la frontera mexicana.
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La Casa Blanca indicó ayer que se acordará con cuatro estados (California, Tejas, Nuevo México y Arizona) el despliegue de la Guardia Nacional, pero que sus miembros no detendrán a indocumentados, «ni tendrán responsabilidades ni atribuciones policiales», dijo el asesor de la Casa Blanca, Dan Bartlett.

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Discurso a la nación

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Bush tenía previsto pronunciar la pasada madrugada un discurso a la nación sobre inmigración y las medidas que se preparan para la frontera.

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Las diferencias en el seno del Partido Republicano han quedado reflejadas en las divergencias que se observan entre el texto aprobado en diciembre en la Cámara de Representantes – ley que convertiría en criminales a todos los indocumentados – y el texto que maneja el Senado – legalizar y abrir el camino a la ciudadanía a la mayoría de los extranjeros sin papeles, unos 12 millones, la mitad de ellos, mexicanos – .
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Desde que accedió al poder en el 2000, Fox ha pedido a EE.UU. una reforma migratoria con mecanismos que permitan una migración «legal, segura, ordenada y respetuosa» con los derechos humanos de los indocumentados. Sin embargo, los ataques del 11 – S fueron un golpe a las negociaciones entre los dos países. Cada año, unas 400.000 personas de México y de otros países del centro y de Sudamérica cruzan a EE.UU.

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