Santa Cruz de Tenerife – El impacto de la avalancha de inmigrantes
irregulares se está dejando notar en Tenerife de manera notable. Es tal el
volumen de africanos que han llegado en los últimos días a la isla canaria
y tan importante el déficit de infraestructuras para acogerlos, que las
autoridades están teniendo que tirar de todo lo que tienen a mano para
alojar de manera digna a los recién llegados. El Centro de Internamiento
de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría está saturado con 131 personas, por lo
que para cobijar a los 729 inmigrantes que han llegado en los últimos días
ha sido necesario reabrir el centro provisional de retención del
Acuartelamiento de Las Raíces. En las dependencias castrenses fueron
acomodados ayer los 131 subsaharianos que hasta ahora estaban en los
calabozos del juzgado de Arona.
   Más cayucos. Con todo, lo que mejor
retrata la magnitud de la avalancha y el desbordamiento que ha provocado
es la situación de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de la misma
localidad, que ha tenido que destinar sus instalaciones para el
alojamiento de al menos 598 de los inmigrantes recién llegados, de los que
81 estaba previsto que ayer fuesen trasladados a Las Raíces.
   El
flujo de inmigrantes, además, no cesa, pues a media tarde de ayer, otros
dos cayucos, en los que viajaban unos160 inmigrantes, fueron detectados
cuando se dirigían hacia las costas del sur de Tenerife. El primero de
ellos llegó al Puerto de los Cristianos sobre las siete de la tarde con 82
inmigrantes a bordo, dos de ellos menores. La segunda embarcación llegó
horas más tarde al mismo puerto con 79 inmigrantes. Los dos cayucos fueron
localizados desde un avión del servicio de vigilancia aérea de Salvamento
Marítimo.
   Con éstas, son tres las embarcaciones con inmigrantes
que llegaron ayer a las islas. Durante la madrugada, una patera con diez
inmigrantes indocumentados arribó al sur de Gran Canaria. De los ocupantes
de la misma, sólo fue detenido uno, un ciudadano marroquí de 24 años que
llevaba el pasaporte entre sus pertenencias, según informaciones de la
Guardia Civil. Ayer también trascendió que el pasado sábado un barco
pesquero de bandera mauritana en el que viajaban 19 inmigrantes
indocumentados llegó al Puerto de la Luz de la capital grancanaria, donde
fueron detenidos sus ocupantes y los once miembros de su tripulación.
   Pero el problema no sólo afecta a las islas. Dos pateras con más de 110
inmigrantes marroquíes a bordo llegaron ayer a la costa de la localidad
almeriense de San José, en el Cabo de Gata, informa Ep.
   Problema de Estado. Ante las dimensiones que ha adquirido la avalancha
migratoria de estos días, el Gobierno canario pidió ayer al Ejecutivo
central que convierta en un problema de Estado «de primera magnitud» la
inmigración irregular hacia las islas. El portavoz del Gobierno canario,
Miguel Becerra, informó de que han solicitado también a Madrid que inste a
la UE ha establecer un flujo ordenado de inmigrantes, ya que muchos de los
«sin papeles» que hoy se manifiestan en París proceden del archipiélago.
   En una improvisada rueda de prensa, el portavoz exigió al Gobierno de
Zapatero cumplir con los compromisos y reclamó más información por parte
del Estado para conocer las nuevas rutas de los cayucos y saber lo que
está sucediendo en toda la costa mauritana con el fin de «anticiparnos» y
exigir responsabilidades a los países emisores.
   El portavoz
lamentó que Madrid no haya respondido con la misma celeridad ante el
fenómeno de la inmigración irregular hacia Canarias como sí lo ha hecho
ante el anuncio de la nacionalización de las empresas petrolíferas en
Bolivia, por lo que la percepción del Gobierno canario es que apenas se
está haciendo un esfuerzo real para solucionar el problema.