CE CASTRO

SANTA CRUZ. «Han sido cuatro días largos y los voluntarios están cansados», confirmó ayer a ABC, Austin Taylor, portavoz de Cruz Roja y voluntario en la zona sur de Tenerife, a donde arribaron dos nuevos cayucos, con 161 inmigrantes. El voluntario reconoció que a alguno de sus compañeros «estos días ha tenido que pedirle encarecidamente que se marchase a su casa, pero no querían».

Aunque las previsiones apuntan a que el continuo de llegada de cayucos a las Islas continúe hasta el próximo jueves, Taylor confió en que el tiempo cambie. «Lamentablemente, que no lleguen no quiere decir que no salgan», explicó a última hora de ayer, después de atender a los últimos 79 inmigrantes que llegaron alrededor de las nueve de la noche. «Aquí hace frío y comienza a soplar la brisa», explicó después de recordar que «según publican los medios de comunicación» uno de cada cuatro cayucos no llega a pisar Europa y se pierde en el mar.

Por su parte, Viviana Blanco, coordinadora de la ONG en el sur de Tenerife, advirtió de que «si no se ponen medios, esta situación va a ir a más». La miembro de Cruz Roja explicó que «la organización cuenta con medios suficientes para, no sólo atender a los inmigrantes, sino también a los ciudadanos que residen en la zona en sus labores ordinarias». De igual forma, Blanco explicó que «cuando se han visto desbordados, sólo ha sido en situaciones imprevistas y excepcionales».

Pero esta tragedia ha provocado un efecto inmediato también en empresarios y ciudadanos de a pie. «Toda ayuda es poca», dijo Antonio Navarro, director de un complejo hotelero del Sur de Fuerteventura que ha donado un total de 150 colchones a Cruz Roja.

Este material, era una de las principales peticiones de la ONG hace unas semanas, cuando se incrementó de forma considerable la llegada de barquillas tanto a Fuerteventura como al resto de islas, situación que provocó el desbordamiento, entre otros, del CIE de El Matorral, en Puerto del Rosario.

Los colchones y la ropa de cama son unas de las principales necesidades así como la ropa de hombre, según Cruz Roja. En este caso, la donación del Hotel Buganvilla hará posible la sustitución de los colchones deteriorados, así como, la reposición de los que han sido eliminados para evitar el contagio de enfermedades entre los irregulares que permanecen retenidos en el centro. Cruz Roja en Fuerteventura sigue haciendo un llamamiento a empresarios y ciudadanos para que ayuden.