El comercio de la Barceloneta augura un verano con un 'top manta' "enquistado"
Los feriantes de paseig Joan de Borbó lamentan la "permissividad" de una actividad ilegal que hace "mermar" su facturación
El Periodico, , 10-03-2019Se cuentan por centenares los vendedores ambulantes del ‘top manta’ y sus compradores que día tras día, especialmente en fin de semana, inundan el Passeig de Joan de Borbó, en el barrio de la Barceloneta. Unos van transitando y aprovechando gangas, y los otros han optado por ampliar sus jornadas desde las 12 del mediodía hasta las siete de la tarde, para beneficiarse al máximo de las horas de sol. Un problema enquistado, que empieza a hartar los comerciantes de la zona, especialmente la feria gastronómica que tiene lugar en la misma calle y que se ha visto obligada a replegarse a orillas del puerto ante la que denuncian “permisividad” de las autoridades, especialmente portuarias, que es de quien depende la zona.
Baba tiene 38 años, y hace cinco que vino a Barcelona huyendo de la pobreza en el Senegal. No tiene permiso de residencia ni de trabajo, aunque entre semana reconoce que hace algunos trabajos en negro. Por ejemplo, ayudar a hacer mudanzas, trabajar en el campo o en obras. Siempre sin permiso de trabajo ni seguro médico. Para sacarse un sobresueldo, vende zapatillas falsificadas en el ‘top manta’ de la Barceloneta los sábados y domingos. “Hay más movimiento”, explica. Como máximo logra sacar 150 euros entre los dos días. Como él, centenares de hombres inmigrantes venden objetos en el Passeig de Joan de Borbó. Mochilas, gafas, altavoces, bolsos, gorras o recuerdos de la ciudad conforman algunos de los objetos a la venta. "Aquí estamos más tranquilos que en plaza Catalunya", explica Baba. Otro de sus compañeros, Mamadou, añade que su jornada se ha ampliado recientemente. “Nos vamos cuando se pone el sol, y ahora estamos dos o tres horas más que en invierno”.
El negocio funciona. Y se nota, porque constantemente se ven personas, algunos de ellos turistas, comprando y regateando por los productos. Por ejemplo las camisetas del Barça, que cuestan casi un 70% menos que las oficiales. Hilaria, una joven barcelonesa, compró ayer unas deportivas, supuestamente de la marca Adidas, por solo 25 euros. “Me he ahorrado 100 euros”, comentaba para justificar su compra. “Los comerciantes que se quejan tienen razón, pero yo miro por mi bolsillo”, añadía. Misma respuesta de Jesenia, otra mujer que vive en la ciudad, y que compró unas gafas de sol a su hija por 10 euros. “La calidad no es muy buena pero para mí el precio importa”, explicaba. Y aseguraba que no es la primera vez que lo hace. “Si vengo a la Barceloneta siempre acabo comprando alguna cosa en el ‘top manta’”, asegura.
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