Críticas al órdago de Bush en materia de inmigración

Gara, 16-05-2006

WASHINGTON

Desde que se filtró el posible envío de la Guardia Nacional a la frontera, la Casa Blanca ha insistido en que no se trata de la «militarización» de su límite geográfico meridional y que los soldados tendrán únicamente un «papel de apoyo» a las tareas de la Patrulla Fronteriza. Sin embargo, la consternación fue tal que el presidente mexicano, Vicente Fox, llamó a Bush y habló con él durante 15 minutos el pasado domingo y el de Texas le reiteró su compromiso de poner en marcha una reforma migratoria en EEUU.

Además, varios legisladores estadounidenses expresaron su preocupación ante la posibilidad de que esta opción se convierta en realidad. Los que muestran su oposición lo hacen a la vista de la disminución en el número de efectivos de la Guardia Nacional tras el envío de algunos de sus integrantes a Irak para cumplir con diversas misiones.

Las críticas provienen sobre todo de miembros del Partido Demócrata, pero también de un importante negociador republicano en el debate sobre la inmigración, el senador Chuck Hagel. Este indicó que los efectivos de la Guardia Nacional no pueden garantizar la seguridad de la frontera a largo plazo y consideró imprudente encargarle esa misión para un corto periodo de tiempo.

El demócrata Joe Biden dijo que podría ser necesario recurrir al despliegue de tropas mientras se refuerza la Patrulla Fronteriza, pero consideró innecesario ordenar tareas adicionales a la Guardia Nacional.

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