Bruselas pasa al ataque ante las ‘fake news’ de Hungría

La reciente campaña de Orbán colma la paciencia de la Comisión Europea

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 01-03-2019

BRUSELAS- La escalada de tensión entre el Gobierno de Orbán y el Ejecutivo comunitario ha alcanzado en las últimas semanas cotas insospechadas. La reciente campaña orquestada desde Budapest contra Jean-Claude Juncker, jefe de la Comisión Europea, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Bruselas se ha decidido responder, pero frente a la propaganda húngara, la Unión Europea ha apostado por su mejor arma, una buena dosis de realidad.

Carteles por las calles, anuncios a toda página en los principales periódicos de Hungría y hasta una carta firmada por el primer ministro húngaro dirigida a todos los ciudadanos húngaros… El Gobierno de Viktor Orbán decidió no escatimar en recursos en su campaña contra la Unión Europea.

Budapest señala a Bruselas y acusa al Ejecutivo comunitario de incentivar la inmigración hacia el continente europeo, minar las competencias de los Estados miembros a la hora de proteger sus fronteras nacionales y facilitar visas para migrantes. Una conspiración orquestada por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, y George Soros, el opaco magnate húngaro siempre en la diana del Gobierno de extrema derecha de su país.

“Tú también tienes derecho a saber lo que Bruselas está planeando”, reza la campaña encargada por Orbán y financiada con el dinero de los contribuyentes húngaros. La Comisión responde, entre la ironía y el enfado, que están de acuerdo. “Los ciudadanos merecen saber la verdad sobre lo que la Unión Europea está haciendo. Pero creemos que merecen hechos y no ficción”, señalaron desde el Ejecutivo comunitario en la presentación ayer de su campaña de fact-checking o verificación de datos para contrarrestar la desinformación generada desde Budapest.

Un breve documento en el que se incluyen siete afirmaciones. Siete respuestas para otras tantas mentiras lanzadas por el Gobierno húngaro. Un cambio de estrategia que evidencia, una vez más, la enorme distancia que separa a la organización internacional y a su Estado miembro. Y a Juncker y Orbán, compañeros en el Partido Popular Europeo (EPP) que ya no ocultan sus diferencias y parecen discurrir por caminos opuestos.

EXPULSIÓN DEL PARTIDO DE ORBÁNDe hecho, esta misma semana miembros de los conservadores europeos, el más numeroso en la Eurocámara, advertían de la posibilidad de que en la próxima asamblea del partido uno de los temas centrales sobre la mesa fuese la expulsión de Fidesz, la formación que lidera Orbán, no solo por este evidente conflicto sino también por las constantes amenazas y violaciones de su Ejecutivo contra el Estado de Derecho húngaro.

“La Unión Europea no es y nunca ha sido Bruselas, sino un proyecto dirigido y diseñado por los Estados miembros, cada uno de los cuales ha decidido unilateral y democráticamente cuál es el camino que desean seguir, incluido Hungría. Cada uno de ellos asume tanto la responsabilidad como el crédito de las decisiones adoptadas colectivamente”, concluye la Comisión en la presentación de su campaña de respuesta a los ataques procedentes del bloque del este.

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