Del Director. De la Vega se mueve y Moratinos se pierde

Canarias 7, 15-05-2006


Las Palmas de Gran Canaria


Mal tiene que estar la cosa para que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se reúna hoy con los ministros de Interior y de Asuntos Sociales, Alfredo Pérez Rubalcaba y Jesús Caldera, respectivamente, para abordar el asunto de la inmigración irregular en Canarias. Y es que realmente se está poniendo mal. Las mafias no dan su brazo a torcer y si un día se ataja el tráfico de pateras desde las costas saharianas, a las 24 horas se monta otra ruta en cayucos desde Mauritania, y si ésta también se ve abortada, pues se sigue bajando en el mapa y se llega a Senegal, donde los cayucos son de mayores dimensiones y cuentan con motores de gran capacidad… y así hasta el infinito, pues infinitos son los inmigrantes con ansias de salir de África en busca de una vida mejor – en realidad, en busca de sobrevivir, o simplemente de vivir, pues llamar vida a lo que muchos soportan a diario es ser extremadamente generoso con el término – .


A Fernández de la Vega le caen todos los marrones en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pasó con la gripe aviar; sucedió con los incendios forestales y ahora se repite la jugada con la inmigración irregular que de manera masiva llega a nuestras costas. Sorprende, eso sí, que el Ministerio de Asuntos Exteriores esté ausente en el encuentro, pero eso revela lo poco que pinta Moratinos en el gabinete, cosa que no pasaría de ser una nimiedad si no fuera porque tampoco pinta nada en el concierto internacional – y con él, España, por desgracia – . Esa ausencia es extremadamente grave, pues de nada vale repetir que España quiere que la Unión Europea se implique en el control de las fronteras y en los programas de apoyo a los países emisores de ese trasiego de personas, si a la hora de la verdad el ministro de turno hace mutis por el foro o simplemente lo dejan fuera porque no está en condiciones de aportar nada valioso al encuentro.


Ayer el Gobierno de Canarias subió el tono de su queja. Miguel Becerra estuvo, si quieren, hasta faltón. Esa comparación con la mediación de Zapatero para defender los intereses de Repsol en Bolivia es particularmente hiriente pero tampoco se puede decir que le falte razón. Ahora sólo resta que Coalición Canaria, que tanto presume de ser imprescindible para la gobernabilidad de España, haga valer su voto en Madrid y arranque del Gobierno central algo más que los vagos compromisos a los que es tan dado uno de los asistentes al cónclave de La Moncloa previsto para la mañana de hoy: el ministro Jesús Caldera.

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