El consejero de Seguridad Ciudadana, Ramón Antón, hizo balance en ‘El anzuelo’ de La Cope de algunas de las principales actuaciones que su área está llevando a cabo y analizó la situación actual que vive la ciudad en materia de menores no acompañados.

¿Se ha intensificado la entrada ilegal a Melilla de menores no acompañados?

Efectivamente, en los últimos días se ha producido un incremento bastante sustancioso de entrada de menores a la ciudad. De momento, a través de la Jefatura Superior de Policía y de nuestros servicios de menores se está estudiando la posibilidad de ver de qué forma están entrando, porque a pesar de que ellos dicen que es a través de los controles fronterizos me consta que el control es exhaustivo por parte del Cuerpo Nacional de Policía, pero pese a ese control, el movimiento que hay por las mañanas – cinco mil personas al mismo tiempo en frontera y el comercio atípico – puede hacer que se obstaculice bastante la labor policial. Es muy difícil controlar totalmente el acceso de extranjeros a la ciudad.

¿Cómo actúa la Consejería en este sentido? ¿Han pedido más colaboración?

Mantenemos contacto casi a diario con el Jefe Superior de Policía y con los responsables de las respectivas áreas. Los intercambios son buenos. Ellos pueden aportar una idea y nosotros, a través de la exploración de los menores, esclarecer la forma que están utilizando. Parece que ha habido un programa en la televisión marroquí sobre los centros de menores de la ciudad que ha sido el acicate o el efecto llamada que les ha hecho creer que esto es un vergel, una residencia, y puede que esto haya incidido algo en ese incremento del acceso a la ciudad.

¿De qué edades estamos hablando, porque todo parece indicar que estaban variando, al principio eran adolescentes y ahora están cercanos a la mayoría de edad?

Efectivamente, dos de ellos eran mayores y no se le ha admitido la tutela de la Ciudad Autónoma. El resto oscila entre 14 y 16 años.

¿Sospechan que hubiese alguna organización que le estuviese facilitando el paso?

Puede ser a través de vehículos, a través del mar o por alguna tronera que haya en el perímetro fronterizo. La vez anterior nuestro Grupo de Menores detectó que fue por una tronera en la zona de La Hípica. Ellos no van a decir el acceso y es cuestión de hacer una pequeña investigación y ver si, entre unos y otros, podemos detectar esas entradas.

Cambiando de asunto. ¿Hay algo más que un proyecto de vigilar las calles de la ciudad, determinadas vías públicas?

El inicio de ese proyecto son los semáforos, porque junto a ellos irán unas cámaras para tráfico que, indudablemente, pueden servir para seguridad, porque si están captando una infracción penal tenemos la obligación de dar cuenta a la autoridad judicial por imperativo legal. No es que queramos o no, es que nos lo impone la ley.

¿Irán en vías públicas con mucho tráfico?

La gran ventaja de este procedimiento es que una vez que esté finalizada la Sala 112, desde el mismo control se puede cerrar o abrir un semáforo a tenor del tráfico. Si está muy saturada una vía, a través de las pantallas se verá si las vías que convergen están más descongestionadas.