El Tribunal Supremo de Israel ratificó ayer una polémica ley aprobada por la Kneset en el 2002 que impide que tanto los palestinos de Cisjordania y Gaza que se han casado con ciudadanos árabes israelíes, como los hijos nacidos de esas uniones, se acojan a la unificación familiar y puedan residir en Israel.

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La ley fue tildada de racista por los árabes de Israel, los palestinos y las organizaciones de derechos humanos, pero al haber sido aprobada por seis magistrados contra cinco automáticamente pasa a formar parte del cuerpo legal de este país.
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Desde que se firmaron los acuerdos de Oslo en 1993 y hasta el 2002, Israel dice que autorizó a 7.000 palestinos de ambos sexos, básicamente oriundos de Cisjordania, a que se reunieran con sus esposos y esposas que viven dentro de Israel, pero esta tendencia terminó con la ley del 2002.
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La abogada Orna Cohen calificó la decisión del Supremo de «muy grave». «El tribunal ha dado carta de legalidad a una ley racista que vulnera los derechos constitucionales más elementales», dijo.
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Israel carece de Constitución desde su fundación en 1948, puesto que una Carta Magna tendría que aceptar la igualdad de todos sus ciudadanos y en este país hay numerosas leyes y ordenanzas que discriminan a favor de los ciudadanos judíos.
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El principal argumento que han utilizado en la sentencia los seis magistrados de la mayoría es que Israel está en guerra con los palestinos y por lo tanto no se deben permitir las reunificaciones familiares que pondrían en peligro la existencia del Estado sionista.
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La ex ministra judía Shulamit Aloni coincidió en calificar la ley de «racista». «Al decidir que todos los palestinos son una amenaza para la seguridad se está dando vía libre a los soldados y a los colonos para que maten, demuelan, arranquen árboles y roben, porque hay otra ley que dice que los palestinos no tienen derecho a ser compensados».
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Soldados israelíes mataron ayer a cuatro palestinos en el área de Yenín, al norte de la Cisjordania ocupada, durante tres operaciones simultáneas con las que, según el Ejército, se pretendía detener a sospechosos.
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Por otra parte, el Ejército anunció que interceptó una barca palestina en la costa de la franja de Gaza en la que había 450 kilogramos de dinamita y otros utensilios que podrían haberse utilizado en la fabricación de minas contra Israel.
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Un joven turista estadounidense, de 16 años, herido en el atentado perpetrado por un kamikaze palestino el 17 de abril en Tel – Aviv, murió el domingo, con lo que se eleva a 11 el número de personas que perdieron la vida en dicho ataque, anunciaron fuentes médicas.