¿Un día sin inmigrantes?

Dos de cada diez trabajadores de la Región son ya extranjeros La economía murciana quedaría mermada sin ellos

La Verdad, 15-05-2006

Ocho de la mañana. Murcia se prepara para comenzar una nueva jornada laboral pero, hoy, de un plumazo, ha desaparecido la mano de obra extranjera. Desde primera hora comienzan los problemas. Nadie atiende a quienes desayunan en los pocos bares que han podido abrir sus puertas. En las obras, la mayoría de las máquinas están paradas. En los mercados, empieza a notarse el desabastecimiento. La flota pesquera salió ayer mermada a faenar, porque uno de cada diez marineros es inmigrante. Pero no sólo las pescaderías notan falta de género. En el campo, nadie recoge la alcachofa, ni el brócoli, ni el pimiento. El caos comienza a hacer mella en la ciudad. Miles de madres y padres no han podido acudir a sus trabajos, porque nadie se ha quedado en casa para cuidar a sus hijos o a su familiar anciano. De repente, nada funciona en una Región que crece cada año a un ritmo superior a la media nacional, pero que, en una sola jornada, va a perder centenares de millones de euros.

Así sería, muy probablemente, un día sin los 98.432 inmigrantes que trabajan en Murcia, según los datos de la Seguridad Social en marzo. Una mano de obra que representa el 17% del total, y que es fundamental para mantener el crecimiento económico, el sistema de salud y las pensiones.

8.00: HOY NO HAY DESAYUNO

La ciudad amanece con numerosos bares y restaurantes cerrados. En otros, la falta de camareros y personal de cocina se hace patente. 4.723 extranjeros trabajan en la hostelería murciana, según los datos de la Seguridad Social. Representan el 16,7% del total de trabajadores. Han llegado fundamentalmente del centro y este de Europa, y de Latinoamérica. «Hace un par de años sólo representaban el 5% del sector», explica Jesús Pacheco, presidente de la patronal Hostemur. «Ahora, son imprescindibles para los pequeños y medianos establecimientos, y cada vez están más presentes en hoteles», añade. Para los empresarios de la hostelería, la mano de obra extranjera es vital, porque cada vez tienen más dificultades para encontrar personal. «Incluso contando con ellos, seguimos teniendo problemas», subraya Pacheco.

9.00: ¿QUIÉN CUIDA AL NIÑO?

Es la hora de irse a trabajar, pero miles de padres y madres no podrán hacerlo. ¿Quién se queda en casa para cuidar al recién nacido o al abuelo impedido?, ¿quién va a llevar al niño al colegio? En las oficinas y empresas se empiezan a recibir llamadas anunciando el absentismo. Se perderán cientos de millones de euros. El 67% de las empleadas de hogar dadas de alta en la Seguridad Social son inmigrantes. En concreto, 6.808 trabajadores de un total de 10.088 empleados. Estas son, en cualquier caso, cifras muy pequeñas. La mayor parte del sector permanece en la economía sumergida.

LA CONSTRUCCIÓN, A MEDIO GAS

Sin los más de 15.000 inmigrantes que trabajan en la construcción, algunas obras permanecerán hoy inactivas. Otras, funcionarán a medio gas. La mano de obra extranjera representa del 15% al 20% del total, según explica José María Riquelme, secretario general de la Federación de Empresarios de la Construcción. En el 2004, los obreros inmigrantes regularizados no llegaban a 10.000. El proceso de normalización permitió sacar a la luz más de 5.000 contratos en la Región. La mayoría de extranjeros son peones de obra, aunque poco a poco van subiendo en la escala profesional. «Muchos vienen sin experiencia, pero se van formando», comenta Riquelme. Empieza a ser habitual encontrarse con inmigrantes que, tras varios años en el sector, pasan a la categoría de oficial. Dejar de contar con la contribución de unos y otros «sería un problema», reconoce el secretario general de los constructores. «Habría dificultades para entregar a tiempo las obras».

10.00: A LA COMPRA

En el mercado, la ausencia de trabajadores inmigrantes no se nota todavía demasiado, salvo en la pescadería. Allí hay menos género. Esta madrugada han salido pocos barcos al mar, porque el 11,2% de los marineros son extranjeros. Verduras y hortalizas sí están en los expositores, pero si la situación se mantuviese así varios días, las tiendas quedarían completamente desabastecidas. Los problemas empiezan ya esa misma tarde, en Mercamurcia. El género empieza a escasear.

EL CAMPO, DESIERTO

41.612 jornaleros no han acudido al campo, y prácticamente nadie recoge la cosecha. Dos de cada tres peones agrícolas son extranjeros. Sin ellos, la llamada huerta de Europa no sería más que un bancal abandonado. «Sería impensable el futuro del campo», explica Paco Gil, secretario general de Coag. No sólo quedarían sin recoger verduras y hortalizas. En cadena irían cayendo los servicios de distribución y almacenaje, y el potente sector del transporte murciano. La crisis económica sería definitiva, y arrastraría a toda la escala productiva.

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