Las comunidades autónomas, las ciudades y la sociedad civil, y no los gobiernos, se están convirtiendo en “esa voz” que reclama públicamente a Europa que no se convierta en una “fortaleza” que “gira la espalda” a los migrantes que huyen de la guerra, el terrorismo y la miseria.

Así lo han puesto de manifiesto algunos de los participantes en la jornada “Migración e Inclusión en la Unión Europea: las experiencias y perspectivas europeas y regionales”, donde se ha abordado la dimensión del fenómeno migratorio y se ha expuesto como oportunidad para la inclusión social.

La vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mönica Oltra, ha asegurado que, frente a los gobiernos, son las ciudades y regiones las Administraciones que mejor reflejan el sentir de sus vecinos en esta materia.

“Se están convirtiendo en esa voz de decir que Europa no puede ser la ‘Europa fortaleza’, encastillada y la que gira la espalda a las personas que huyen con sus hijos del terrorismo, de la guerra, de la miseria en busca de una supervivencia y una vida mejor”, ha afirmado Oltra.

A su juicio, la Europa que se ha caracterizado por ser un espacio de seguridad, derechos, acogida y de cumplimiento del derecho internacional es ahora “difícilmente reconocible a veces”.

ltra ha señalado que la llegada de inmigrantes ha bajado en los últimos años en España, y ha criticado los bulos y noticias falsas que circulan a través de las redes sociales y en los que “mucha gente basa su posicionamiento político”.

Por su parte, Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política de la Universitat de València, ha considerado que el Gobierno español, a "impulsos del Gobierno del Botànic’ tuvo una “posición muy valiente en un caso muy emblemático, el del Aquarius”.

“Pero inmediatamente quedó en soledad en el ámbito europeo y sus dos primeros apoyos, Merkel y Macron, lo dejaron solo”, ha indicado De Lucas, quien ha agregado que Francia “ha estado siempre de perfil en lo que se refiere al tratamiento de rescate y acogida en costas de las personas que tratan de llegar al territorio europeo”.

En el caso de Alemania, ha dicho que “solo está preocupada por lo que se llaman movimientos secundarios dentro del espacio de la Unión Europea” y quien “va ganando de momento es la lógica de los Salvini, Kurz y compañía, frente a los cuales el Gobierno español se ha replegado”.

“No veo gran diferencia de la posición del Gobierno español respecto a otros socios europeos pero sí la veo en la actitud de las autonomías. Los municipios han llevado la delantera en las políticas de acogida, apertura e integración”, según el catedrático.

A su juicio, “no es vedad que la ciudadanía europea aborde la inmigración en términos de miedo o amenaza, lo mejor que se ha hecho en relación con la gestión positiva e inclusiva de la inmigración viene precisamente de la sociedad civil”.

La directora general de Relaciones con la UE y el Estado de la Generalitat, Daría Terrádez, ha considerado que en la Unión Europea no se está llevando a cabo una política migratoria “que realmente piense en las personas” y ha considerado que es posible “otra política migratoria más centrada en los derechos humanos”.

Jaume Durá, coordinador territorial de CEAR en la Comunitat, también ha negado que en Europa haya un grandísimo flujo migratorio, y ha considerado que la migración es “una oportunidad desde un punto de vista económico y social”.

También ha creído necesario “dar la vuelta” a la “desinformación tendenciosa para crear un clima de rechazo sobre la inmigración. Las noticias falsas intentan generar un clima de odio, de xenofobia, de racismo, de islamofobia que debemos romper”.