¡VAYASE!, SR. CUESTA
ABC, 15-05-2006
Es cierto que resultaría demagogo echar la culpa de los capítulos de inmigración a este o a cualquier Gobierno anterior. Es verdad que el problema no debería resolverlo España a solas, y que forma parte de un problema de macroeconomía mundial difícil de atajar desde un solo país.
Pero digo «resultaría» porque también es cierto que el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, se dedicó el pasado año a traerse ministros a las Islas para hacer balance de la inverosímil reducción de la entrada de inmigrantes por vía marítima en Canarias. Se supone que si aquella situación positiva servía para que el Gobierno sacase pecho; la situación actual debería servir para que agache la cabeza, o mejor, que se ponga a trabajar en medidas serias y contundentes en todas las direcciones posibles para evitar que la gente arriesgue su vida primero, y luego cause verdaderos desbordamientos de la capacidad de actuación de los recursos de que dispone el Archipiélago.
A falta de una cosa o la otra – cierto que cuando llueve se acuerdan del paraguas – llega un señor a las Islas, responsable de política municipal y Libertades Públicas en el PSOE (¿dónde dice inmigración en su currículum?) y les cuenta, a ustedes, a mí, que es un éxito de la política de inmigración del Gobierno que regenta su partido, el haber obligado a las mafias de la inmigración a desplazar las salidas hacia el sur de África.
Como este señor es asturiano, aquello de que cada vez se jueguen la vida saliendo más lejos de Oviedo debe parecerle estupendo. Será magnífico, según la apreciación del señor Cuesta, el día en que los cayucos partan de Sudáfrica. Entre otras cosas porque nos enteraremos más bien poco en España, a no ser que la corriente devuelva algunos cientos de los miles de cadáveres víctimas de hipotermia, inanición o simplemente golpes de mar.
A veces se olvida que los que van a bordo de pateras son humanos, y que el problema no es que vengan, sino que mueran en el intento.
PABLO ALCALÁ
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