Interesante diagnóstico, centrado en el problema de la inmigración, hace el profesor Pere Notó en su artículo “Mediación cultural y cooperación” (11/ V/ 2006). No obstante, en la solución que propone, olvida que existen profesionales, con sólida formación universitaria, que pueden orientar su función a la atención y solución de las situaciones que describe.
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Asistentes sociales, educadores y trabajadores sociales, e incluso psicólogos sociales, pueden ejercer, y estoy convencido que así lo hacen, un papel de compromiso a fin de conseguir una convivencia cívica y de respeto humano en estas circunstancias vivenciales que se producen entre personas de diferentes orígenes culturales.
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Los conflictos, como señala el autor, son causas que deben ser atendidas por los juzgados, y sus mediadores naturales, los abogados.
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