- La incidencia de la inmigración también está siendo destacable. ¿Cómo percibe la población este hecho?

– La llegada de inmigrantes supone la ruptura del modelo por el que pensábamos que cada país debe ser monocolor. Nos tenemos que acostumbrar a vivir con la diferencia de por vida. Pese a que al País Vasco ha llegado en menor medida, la situación se igualará dentro de siete años con otras zonas.

– ¿Interpreta este aluvión de extranjeros la población autóctona como una amenaza?

– Yo lo veo como una oportunidad de intercambiar culturas. La tasa de ocupación de la población inmigrante es veinte puntos más alta que la de la población autóctona y la tasa de paro es casi ínfima entre los inmigrantes, por lo que no hay lugar para la amenaza. Puede que la llegada de inmigrantes afecte a algún sector de población que se encuentra en condiciones laborales precarias que puedan sentir la competencia. Pero no podemos echar culpas a quien no la tiene y la inmigración lo que único que hace es poner más a la vista los problemas que ya existen en la sociedad.