El Gobierno italiano inició hoy el proceso de cierre de su segundo mayor centro de acogida de inmigrantes del país, que actualmente cuenta con 500 personas que serán llevadas a otros lugares progresivamente hasta el sábado, una medida que ha generado polémica.

Se trata del centro de acogida de Castelnuovo di Porto, situado a pocos kilómetros de Roma y del que hoy fueron transferidos 75 inmigrantes en un autobús, sin conocerse su destino, ya que los medios aseguran que el Ministerio del Interior prefiere no desvelar detalles para evitar posibles tensiones.

El resto de los inmigrantes serán reubicados en los próximos días hasta el sábado.

El titular de Interior y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, defendió que esta medida se enmarca dentro de los compromisos que adquirió con los votantes y sostuvo que el centro será cerrado por completo el próximo 31 de enero.

“Castelnuovo era el segundo centro más grande de inmigrantes , ha llegado a acoger a más de 1.000 personas. El Estado pagaba un millón de euros de alquiler al año más cinco millones por la gestión. Quien no tiene derecho a estar en Italia debe irse”, justificó en una rueda de prensa en Roma.

En un mensaje en las redes sociales apuntó también que se había “comprometido a cerrar las estructuras de acogida, en las que solo hay derroche de dinero y delitos, como Bagnoli, Castelnuovo di Porto, Cara di Mineo”, y eso es lo que está haciendo.

El Cara di Mineo es el mayor centro de acogida del país y según las informaciones locales será la próxima estructura que el Gobierno vaciará.

La intención del Ejecutivo italiano, formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga, es desalojar varias instalaciones de este tipo, lo que afectará a unas 6.000 personas, muchas de las cuales corren el riesgo de ser expulsadas, ya que no gozan del derecho a la protección humanitaria.

“Visto que son solicitantes de asilo, no pueden elegir adónde ir, serán trasladados y esperarán a que su solicitud sea estudiada con detenimiento”, ha declarado Salvini a los medios.

El centro de Castelnuovo di Porto acoge actualmente a unas 535 personas, entre ellas un centenar de mujeres y niños, y es una estructura que ha sido considerada en los últimos años como ejemplo de integración; tanto es así que fue elegida por el papa Francisco para celebrar la tradicional ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo de 2016.

El traslado de estos inmigrantes ha provocado las protestas del alcalde, del párroco y de los vecinos de esta zona, y también de exponentes de la política como la diputada de Libres e Iguales Rossella Muroni, quien ha logrado retrasar la salida del autobús, bloqueando físicamente su paso.

Por su parte, el alcalde de Castelnuovo di Porto, Riccardo Travaglini, ha anunciado que presentará un recurso ante la Justicia italiana porque estas personas ayudaban a la comunidad y se habían integrado.