El peso de la nostalgia

Diario de Noticias, 12-05-2006

Muy de vez en cuando, cierto que cada vez con menos frecuencia, aparece en la cartelera un título humilde, discreto, de presupuesto escaso y emotividad alta. En él no es necesario hurgar en pliegues y profundidades. No los hay. Al contrario, en él solo existe lo que se aprecia a simple vista. Pero en ese brote de espontaneidad, en esa descarga de emotividad, el espectador recibe una alta dosis de eso que nunca sabemos muy bien en qué consiste y que algunos denominan calidad humana.

Un Franco, catorce pesetas pertenece a ese tipo de historias. En ella hay una figura decisiva: Carlos Iglesias. Suya es la historia, suyos los recuerdos, suya la dirección, suya la principal figura protagonista, suya la mirada y muy suyos las confesiones y las cosas que deja dichas entre líneas. Si Kafka le dedicó a su padre algunas de sus mejores y más escalofriantes cartas, Carlos Iglesias suplanta al suyo y durante 105 minutos se mete en la piel de su padre y. además, se filma a sí mismo como aquel hijo que nacido en Suiza adquirió para siempre un rictus melancólico en la cara, la del hombre sin tierra. Si en todas las historias que los hombres crean hay siempre sombras autobiográficas, en Un Franco, catorce pesetas , todo es una sombra. Y la coartada de Carlos Iglesias para hablar de ella, el motivo, también se reviste de esa ingenuidad que atraviesa todo el filme. Al recrear su propio periplo como hijo de un emigrante, Iglesias contrapone las vivencias de la Suiza tolerante y civilizada de los 60 a la España actual. La conclusión es evidente, los que ahora vienen en pateras son como nosotros éramos cuando a bordo de trenes abarrotados, sin papeles y con el embutido en la maleta cruzábamos las fronteras.

Sin menospreciar esa aleccionadora reflexión, lo notable del filme reside, no en su moraleja, sino en su esencia. En ese forjar personajes positivos pero no maniqueos, en ese buen rollito que ni resulta impostado ni se disfraza de nada. En este filme, como hizo Benito Zambrano en Solas , aunque con menos brillantez, se percibe el roce entre el cineasta y lo que cuenta. De modo que en esos perfiles cortantes se adivinan las pequeñas cosas que dan sentido a lo vivido y a la memoria.

Dirección: Carlos Iglesias. Intérpretes: Carlos Iglesias, Javier Gutiérrez, Nieve de Medina, Isabel Blanco, Iván Martín, Tim Frederik, Eloísa Vargas y Aldo Sebastianelli. Nacionalidad: España. 2006. Duración: 105 minutos.

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