WASHINGTON. Los líderes del Senado estadounidense alcanzaron ayer un acuerdo sobre la polémica nueva ley de inmigración, que otorgaría a millones de inmigrantes ilegales una oportunidad de conseguir la ciudadanía estadounidense. La ley podría ser aprobada antes de que termine el presente mes, indicaron fuentes legislativas. El acuerdo, forjado por el líder de la mayoría republicana, Bill Frist, y el líder del bloque demócrata, Harry Reid, pondría fin a un estancamiento político que ha durado varias semanas, en las que ha habido manifestaciones masivas en favor de los derechos de los inmigrantes. El senador demócrata Edward M. Kennedy, uno de los promotores de la reforma, afirmó en un comunicado que el acuerdo «es un paso muy importante hacia adelante en nuestra lucha por un cambio duro pero justo en las leyes».

Indicó que su plan trata de «fortalecer las fronteras, abrir un camino para la ciudadanía de los trabajadores indocumentados que están en el país y activar un programa realista de trabajadores temporales para el futuro». «Este es el momento para solucionar este problema de una vez por todas, y soy optimista de que podemos hacer el trabajo», señaló Kennedy. Un elemento clave del acuerdo es qué sector negociará con la Cámara de Representantes, que el pasado diciembre propuso un proyecto de ley por el cual los entre 11 y 12 millones de indocumentados en Estados Unidos serían considerados delincuentes, sujetos a ser deportados. Asimismo, quienes ayudasen a los indocumentados podrían ser procesados como delincuentes, según el proyecto de ley.

Por su parte, tres coaliciones de inmigrantes en EE UU pidieron ayer a «todo el mundo» que se concentre en Washington el miércoles próximo en una «gran marcha» para «llevar un claro mensaje al Congreso» sobre la necesidad de una reforma migratoria más humanitaria. «Estamos unidos de forma inquebrantable en favor de la legalización de los millones de inmigrantes indocumentados y contra la ley que criminaliza a estas personas y a los grupos que les ayudan», dijo uno de los líderes de la convocatoria, Juan José Gutiérrez. EP