«Achacan las muertes de mujeres a la agresividad masculina, sin ir más allá»

La socióloga Giovana Lemus denuncia el misterio que rodea al 'feminicidio' que sufre Guatemala Recaba apoyo en Europa contra su impunidad

El Correo, 12-05-2006

La socióloga Giovana Lemus fue asaltada en la calle el mismo día que denunció la intromisión en política de la esposa del presidente guatemalteco. «Me robaron y, después, el ladrón me susurró que me querían viva». Esta experta en ‘feminicidio’ forma parte de una red de organizaciones que luchan contra esta lacra en el país centroamericano. Ha llegado a Bilbao invitada por la ONG PTM – Mundubat, tras denunciar en el Parlamento Europeo un fenómeno de grandes dimensiones pero escasamente investigado.

Amas de casa, estudiantes, prostitutas, criadas y trabajadoras de las fábricas o ‘maquilas’ forman parte de la base de datos creada por dichas entidades ante la falta de estadísticas oficiales fiables. En los últimos cinco años han contabilizado dos mil quinientas asesinadas en el país centroamericano, y entre ellas hay tres españolas. «Hemos tenido muchos problemas para conseguir información fidedigna», confiesa. «Parece que no hay voluntad política para hacer las cosas como corresponden».

Las militantes de los colectivos feministas también han presionado a las fuerzas de seguridad para conseguir mayor información de cada ataque y mejores pruebas periciales. «Partíamos de las rutas que genera la llamada del descubridor del cadáver», señala.

Asimismo, han analizado las zonas de mayor densidad criminal. «La mayoría tiene lugar en la capital, en Escuintla, una ciudad cercana, y en San Marcos, junto a la frontera mejicana». Intentaron recabar mas datos desplazándose hasta esta última población, pero desistieron ante el peligro que supone cualquier pesquisa en la calle. «Los taxistas con los que hablamos nos dijeron que éramos muy atrevidas porque la inseguridad pública es altísima», recuerda. «Allí proliferan las redes de tratas de personas y la delincuencia tiene mucho poder. Nos alertaron sobre el riesgo para la vida».

A pesar de los peligros, han identificado casos de violencia vinculados con la delincuencia organizada y los conflictos con las ‘maras’, las bandas juveniles. «Pero no sabemos si se trata de grupos relacionados con el negocio de los burdeles, el narcotráfico o la inmigración».

En cualquier caso, hay características comunes como la violación, la tortura y la frecuente mutilación de la víctima. En cambio, de los culpables no se sabe gran cosa, y apenas se han celebrado juicios.

Premeditación y alevosía

En la última década, tan sólo se han alcanzado catorce sentencias, doce con penas superiores a los treinta años de cárcel. «Buscamos que se califiquen como asesinatos, no queremos que se queden en homicidios, ya que existe premeditación y alevosía».

El machismo también se antoja una de las claves de este conflicto. «Guatemala es sumamente patriarcal y las armas abundan, sin ningún control, en muchos hogares», asegura. En el último quinquenio se han producido más de cien mil denuncias por violencia intrafamiliar en un país de trece millones de habitantes, pero el número, según las suposiciones de los especialistas, es muy inferior al real. «Las iniciativas gubernamentales para contrarrestarlo han fracasado y los dirigentes policiales se valen de esta agresividad masculina para explicar las muertes sin ir más allá».

A juicio de Lemus, la solidaridad internacional se antoja indispensable para mantener la labor de denuncia e, incluso, preservar su integridad. La secretaria presidencial de la Mujer se presentó en la institución europea antes de que la socióloga llegara a Estrasburgo y trató de impedir su participación. «Intentan desacreditarnos», lamenta. «Ya no pueden acabar con nosotros físicamente, a la manera de los tiempos de guerra, así que nos liquidan políticamente».

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