Agresión racista

La Vanguardia, 11-05-2006

Ayer por la mañana, siguiendo mi rutina, me dirigía a mi puesto de trabajo y a poco de llegar, un grupo de jóvenes exaltados por un incidente producido de camino a su centro de estudios hablaba en tono elevado. Uno de sus compañeros de procedencia no española había sido víctima de una agresión.
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El joven iba caminando tranquilamente cuando unos motorizados empezaron a meterse con él y decidieron perseguirle. Por fortuna, el chico consiguió salir del objetivo de esta banda organizada que se dedica a atemorizar. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando dijeron que situaciones así se repiten de forma habitual y que no son fruto de un enfrentamiento previo!
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Me pregunté qué podía hacer un ciudadano de a pie ante tal situación. ¿Podríamos salvar a la víctima de la agresión? En un principio sí, quizás un día o dos, pero dichos grupos se dedican a perseguir a su presa hasta darle caza.
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Por fortuna, el joven fue protegido ayer por la diosa fortuna, pero ¿mañana?, ¿tendrá que seguir viviendo su tortura hasta que decidan dejarlo vivir tranquilo o será un desvalido más de esta nuestra sociedad?
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