Asesina en Las Palmas a su ex pareja, de la que tenía una orden de alejamiento

El Mundo, 10-05-2006

Una inmigrante venezolana, María Elena Pedraza Velásquez, de 43 años, murió ayer apuñalada por su ex pareja a las puertas de la sede central de la Cruz Roja en la capital grancanaria, a donde había acudido a una cita para buscar empleo.


Contra el presunto homicida, de nacionalidad italiana, pesaba desde hace 14 días una orden judicial de alejamiento de María Elena, a la que dio cinco puñaladas en el tórax y quien, tras la agresión, buscó auxilio en el edificio de la institución humanitaria.


Pese a los intentos por salvarle la vida, la mujer murió poco después en el Hospital Doctor Negrín.


La Policía busca al autor de las puñaladas, del que conoce la identidad ya que, durante la agresión, perdió su documentación en el lugar de los hechos.


La víctima, con domicilio en Las Palmas de Gran Canaria y nacionalidad venezolana, nació en Armenia el 10 de mayo de 1962, por lo que precisamente hoy cumplía años, según los datos facilitados a Efe por la Delegación del Gobierno en Canarias.


El suceso ocurrió a mediodía de ayer a las puertas de la sede central que la Cruz Roja tiene en la capital grancanaria, en concreto, en la calle de León y Castillo número 231, cerca de la Jefatura Superior de Policía de Canarias.


María Elena Pedraza acudió al centro de la institución humanitaria para ver si conseguía trabajo. Según varios testigos, la víctima iba acompañada de su agresor y discutieron a la entrada del recinto vallado de la entidad.


Unos metros más adelante, en el soportal de entrada al edificio, se produjo la agresión. Tras recibir las puñaladas, la víctima intentó refugiarse en el interior y, de hecho, fue vista por un empleado de la Cruz Roja cuando se apoyaba en la puerta de entrada. A continuación, se desplomó inconsciente sobre el acceso al recinto.


La mujer fue atendida de inmediato por varios médicos y enfermeros presentes en el edificio, que le prestaron los primeros auxilios.


Según testigos de la Cruz Roja, nada más cometer los hechos, el agresor huyó corriendo del lugar y un ciudadano intentó pararle al creer que acababa de cometer un robo, pero no lo consiguió.

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