Gipuzkoa recibe más refugiados venezolanos que musulmanes, lejos de la percepción social

Un estudio basado en 600 encuestas realizadas en el territorio revela la distorsión entre los flujos migratorios reales y los prejuicios de la ciudadanía SOS Racismo ultima un proyecto de mentoría entre familias autóctonas y refugiadas

Diario de noticias de Gipuzkoa, Jorge Napal Ruben Plaza - , 18-12-2018

e corresponde con la realidad, puesto que es el colectivo de venezolanos, que se ha triplicado en un año, el que más solicitudes de asilo registra actualmente.

Este es uno de los datos más reseñables del estudio que ha elaborado SOS Racismo Gipuzkoa con financiación de la Diputación foral, y que dará a conocer hoy por la tarde en el transcurso de un World Café, dinámica que facilita conversaciones y propicia debates, como el que tendrá lugar entre las 17.00 y 19.00 horas en el espacio foral Etorkizuna Eraikiz, en la plaza Gipuzkoa de Donostia.

A enero de 2016 se contabilizaban en el territorio 457 venezolanos que, en cuestión de meses, aumentaron hasta los 1.382, según fuentes del Instituto Nacional de Estadística.

El colectivo de venezolanos experimenta desde hace dos años la mayor salida de personas de su historia reciente. Durante los primeros años emigraron venezolanos profesionales o empresarios, que tenían por destino sobre todo EEUU, Colombia, España y otros países de Europa. En los últimos dos años, como consecuencia del deterioro económico y político, ha cambiado el perfil y el destino. Decenas de miles de venezolanos pobres y de clase media están emigrando a través de las fronteras terrestres con Colombia y Brasil, lo que tiene su reflejo en el territorio, que registra un aumento del número de peticiones de asilo debido a la situación dramática de la que escapan en su país.

a pie de calle Pese a ello, el estudio Población refugiada: reflejo y percepción, que se basa en una encuesta en la que han participado más de 600 personas del territorio, refleja que la sensación que tiene el ciudadano a pie de calle con respecto al perfil de las personas que piden asilo es bien distinta.

Según la investigación, en la que participa el Departamento de Psicología Social de la Facultad de Psicología de la UPV-EHU, la sociedad guipuzcoana percibe que más del 53% de la población refugiada es musulmana. Cree que tan solo un 25% es cristiana, cuando la realidad invierte ese porcentaje. A tenor de las respuestas obtenidas en la investigación, la sociedad guipuzcoana no vincula población refugiada con “invasión”. Sí se constata, en cambio, “un sector ambiguo” de la población más permeable a los bulos alimentados por la derecha, que vinculan migración con fuente de problemas. Así, se puede hablar de una sociedad “tolerante y acogedora” cuyos postulados, sin embargo, “no son inamovibles”. De ahí que cobren tanta importancia iniciativas como la red antirumores, campaña que desmiente los comentarios racistas a pie de calle contra los inmigrantes, como cuando se airea que son perceptores de ayudas muy por encima del resto de la población autóctona.

Otro de los aspectos que refleja el estudio es el rechazo de la sociedad guipuzcoana a las políticas de inmigración que está aplicando la UE. No existe la visión antieuropeísta que alimenta la derecha, pero sí un sentir crítico con la inacción de los 28 países del Viejo Continente.

El informe definitivo se dará a conocer a la opinión pública en los primeros meses del año que viene. Pero con estos primeros datos y el proceso de análisis en marcha, hoy se realizará una primera sesión de puesta en común y debate sobre diferentes aspectos del estudio, con el fin de analizar el papel que cumple actualmente Gipuzkoa en la acogida a personas refugiadas.

Este trabajo de investigación será la base sobre el cual se va a poner en marcha un proyecto de Mentoría que SOS Racismo ultima, en el que tomarán parte personas autóctonas y refugiadas, y que cuenta con el apoyo de la Obra Social de la Caixa. Según informa Karlos Ordóñez, integrante de SOS Arrazakeria Gipuzkoa, un centenar de personas ya han mostrado su disponibilidad a ser mentores, aunque hay que ser especialmente cauteloso en la selección. “No todo el mundo vale para esta labor. Exige el compromiso de quedar todas las semanas, tres horas durante un día”.

redes sociales La idea es comenzar a trabajar con siete familias refugiadas, que ya llevan cierto tiempo viviendo en Gipuzkoa, y otras tantas autóctonas. El objetivo es que puedan extender sus redes sociales, más allá de recursos inmediatos y de carácter urgente. “Estamos hablando de que, por ejemplo, puedan compartir actividades como puede ser ir a ver un partido de fútbol o visitar el Aquarium”, explica Ordóñez. Que se sientan de aquí, asegura, repercute en el bienestar social.

Esta experiencia, que sigue la estela de una similar implantada en Catalunya, se prolongará de ocho a diez meses. “Nadie tiene que ir de héroe. Si te implicas, te implicas, y por eso es tan importante la selección de las familias que van a participar en el programa, así como el seguimiento que se haga posteriormente”, explica el integrante de SOS Racismo.

La metodología de trabajo que se va a seguir es similar a la del proyecto de Mentoría Ruiseñor (Urretxindorra), que se viene aplicando en Gipuzkoa desde hace cuatro años con pre-adolescentes de origen migrante y en riesgo de exclusión.

El programa facilita el encuentro entre estudiantes universitarios y menores escolarizados. Buena muestra de su exitoso progreso es que comenzó a funcionar con siete parejas y en la actualidad son 37. “La autoestima de estos chavales se refuerza cuando encuentran a personas que les escuchan. Ese vínculo hace que se abran nuevas expectativas, y de ahí surjan nuevas opciones”, subraya Ordónez.

Aprovechando esa experiencia individual se va a poner a partir de este próximo año el proyecto de Mentoría grupal con familias. Cuenta con el apoyo de la Obra Social de la Caixa y un acuerdo verbal del Gobierno Vasco, a través de la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación de Lehendakaritza.

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