Una niña de Guatemala fallece deshidratada en la frontera de Estados Unidos
Diario Sur, , 15-12-2018El desierto es duro. Si el padre de la niña pensó que lo único bueno de caer en manos de las patrullas fronterizas es que salvarían la vida, se equivocó. No les dieron comida ni agua. A los dos días de haber sido detenidos, como parte de un grupo de 163 personas, su hija de siete años estaba muerta. «Es una situación muy trágica», lamentó el portavoz de la Casa Blanca Hogan Gidley. «¿Aceptamos nosotros responsabilidad alguna por un padre que lleva a su hijo al desierto después de una peligrosa travesía por México para llegar a nuestro país? No», atajó con frialdad.
En el gobierno de Trump no queda humanidad ni para llorar a los muertos. El guatemalteco Nert Caal, de 29 años, no pudo velar a su hija. El cuerpo de Jakelin yace en una fría morgue de El Paso, donde el forense realiza la autopsia, mientras que su padre sigue detenido en la frontera entre Nuevo México y Arizona, donde las autoridades guatemaltecas tratan de asistirlo. En una entrevista con la cadena Fox, la secretaria de Seguridad Doméstica Kirstjen Nielsen, a la que Trump amenaza con despedir si no muestra más mano dura, deseó que la muerte de esta niña «recuerde» a los inmigrantes «los peligros del camino».
A las ocho horas de ser detenida, la niña empezó a tener convulsiones. Los enfermeros que la atendieron comprobaron que tenía casi 41 grados de fiebre y según el comunicado oficial, «se reporta que no había comido ni consumido agua en varios días». Ante la alarma del personal médico, se la trasladó en helicóptero a un hospital de El Paso, donde falleció el lunes, en cuestión de horas.
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