«Con 9 años y casi no saben leer»

ABC, 09-05-2006


TEXTO: MARIO DÍAZ

MADRID. Un gran muro de hormigón de tres metros de alto salpicado de pintadas rodea las instalaciones del colegio público República de Colombia, ubicado entre Pan Bendito y Carabanchel, dándole un aire de fortaleza. En el interior del colegio, en todo caso, el gris del muro es sustituido por los vivos colores de los dibujos infantiles.

Este colegio fue el que peor nota sacó en la polémica primera prueba de nivel, realizada el pasado curso por la Consejería de Educación a todos los chavales de sexto de Primaria. Los alumnos de este centro sumaron un 2,70 al final. ¿Por qué?

Laura y Ruth, dos jóvenes con tres hijos en el centro, no terminan de adivinar las causas: «No es ni por las instalaciones ni por los profesores, pero el caso es que los niños están atrasados», confirma Laura. «Quizá influya que algunos niños faltan más», apunta Ruth.

Varias profesoras critican enérgicamente estas pruebas porque «pone una nota al colegio y a los profesores sin contemplarse la realidad de cada centro». La de este colegio, concretamente, es la de un centro «con un 82 por ciento de alumnos de etnia gitana – afirman las profesoras – , con más faltas de asistencia o menos motivación, por ejemplo», añaden.

Laura y Ruth son gitanas, pero no creen que pertenecer a una u otra raza, etnia o nacionalidad influya en los resultados, ni siquiera por el porcentaje de niños inmigrantes que han de aprender un nuevo idioma.

Paco y Adela, un matrimonio, han acudido a la puerta del colegio a recoger a sus dos hijos. Pepe, el menor, de 4 años, enseña orgulloso a su padre un dibujo en cuanto sale, y éste alaba el esfuerzo de su hijo. «Pepe ya sabe leer y escribir y va fenomenal, nos lo dicen sus profesores, pero también nos dicen que es importante cómo les tratemos, cómo les enseñemos», aseguran.

Paco y Adela, también de etnia gitana, tratan de motivar a sus hijos para que aprendan, algo que no aprecian en el sistema educativo: «No creo que fallen los alumnos porque faltan al colegio, o por la situación económica de las familias; pienso que se preparan más las clases con juegos que con enseñanzas reales, los niños tienen todas las tardes libres sin deberes, a nuestros hijos les ponemos dictados y cuentas nosotros; normalmente aquí los niños de 8 o 9 años apenas saben leer», afirman.

Todos los padres consultados consideran que si las pruebas de nivel sirven para ubicar los fallos y corregirlos, bienvenidas sean. Los profesores, mientras, creen que estas pruebas seguirán juzgando a cada colegio sin tener en cuenta las necesidades educativas especiales de algunos de ellos, pese a lo asegurado por la Comunidad.

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