La Fiscalía reconoce que no hay pruebas que demuestren la autoría del crimen de Cuevas de San Marcos
La acusación particular retira los cargos de homicidio contra el principal acusado y llega a una conformidad con los siete restantes
Diario Sur, 08-05-2006La Fiscalía ha mantenido la acusación de homicidio contra uno de los miembros de la familia de etnia gitana de Cuevas de San Marcos que en agosto de 2002 se enzarzó en una pelea que se saldó con un muerto y varios heridos. Sin embargo, el fiscal ha reconocido que no hay ninguna prueba contra el principal acusado, S.J.J., sólo indicios, hasta el punto de dejar la valoración a juicio de la sala. Incluso la propia acusación particular, que representa a los dos hijos del fallecido, retiró los cargos por homicidio.
Las declaraciones durante la sesión han sido totalmente contradictorias y la mayoría de los testigos se retractaron y aseguraron ante el juez que ni vieron ni oyeron nada. No hay pruebas periciales ni rastro de las armas que se utilizaron a pesar de que la pelea tuvo lugar en plena calle. De los nueve acusados que había inicialmente y los 42 años de cárcel que solicitaba el Ministerio Público, sólo dos de ellos han quedado como principales acusados, un joven y su abuelo.
El primero se enfrenta a quince años y cuatro meses de cárcel por los presuntos delitos de homicidio, lesiones y participación en una riña tumultuosa; el segundo sólo está acusado de los dos últimos. De los seis restantes acusados, uno quedó absuelto después de que las acusaciones retiraran los cargos por falta de pruebas, y los otros cinco llegaron a un acuerdo previo al juicio por el que se les rebaja la pena solicitada a la mitad, un año de prisión por un delito de lesiones y una multa de 2.168 euros por otro de participación en una riña tumultuosa.
Pelea
Con respecto al principal acusado, su defensa asumió el delito de lesiones y reconoció, a raíz de las declaraciones de uno de los agredidos, que fue él quien le golpeó con un palo. Para el resto de los delitos solicitó la libre absolución, al igual que para el abuelo, un hombre de 83 años de edad, cojo y medio ciego. Tanto a él como a su nieto los acusan de haber participado en la pelea del 12 de agosto de 2002 a raíz del enfrentamiento previo que existía entre dos grupos del mismo clan. Al parecer, uno de ellos provocó a un familiar con actitud «chulesca» y se inició una trifulca en la que resultó muerto J. M.J.J. de una puñalada. Después del incidente, algunos huyeron a Barcelona, otros a Casariche y de ahí a Barbate, hasta que conocieron que estaban en busca y captura.
En sus declaraciones iniciales ante la Guardia Civil se culparon unos a otros, aunque durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, todos ellos negaron los hechos. «Fueron los nervios del momento», aseguraron algunos para justificar el cambio de versión de último momento.
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