Human Rights Watch (HRW) conminó hoy al Gobierno de Tailandia a cumplir con sus deberes internacionales y no repatriar a un bareiní retenido en Bangkok por una orden de la Interpol cuando regresaba a Australia, donde reside como refugiado.

“Tailandia aparentemente abandonó anoche el acuerdo de permitir que Hakeem al-Araibi viajase anoche a Australia”, dijo el subdirector para Asia de HRW, Phil Robertson, en declaraciones a los medios de comunicación.

El activista indicó que las autoridades tailandesas “podrían estar preparando” el traslado de esta persona, retenida en el centro de inmigración en Suan Plu, a Baréin, “donde afronta una sentencia de diez años de prisión, y probablemente tortura y algo peor”.

“Human Rights Watch urge a Tailandia a cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, a reconocer que Australia le ha concedido la condición de refugiado y a permitir que Hakeem regrese a Australia”, añadió Robertson.

Las autoridades australianas otorgaron en 2017 el estatus de refugiado y un visado intemporal a Hakeem, quien había llegado a ese país en 2014 huyendo del suyo después de que le condenasen en rebeldía a diez años de prisión por daños en una comisaría.

Hakeem, quien juega para el equipo de fútbol Pascole Vale de Melbourne, llegó a Bangkok procedente de esa ciudad australiana el 27 de noviembre pasado y fue detenido en el mismo aeropuerto por una notificación roja de Interpol.

Según Robertson, “las órdenes rojas de Interpol no se aplican a los refugiados reconocidos como Hakeem”.