La migración neta a largo plazo en el Reino Unido de ciudadanos procedentes de la Unión Europea (UE) cayó este año a su nivel más bajo desde 2012 al situarse en los 74.000 ciudadanos, según datos publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONS).

Las cifras muestran que hasta junio de este año, alrededor de 74.000 personas de la UE se mudaron al Reino Unido para un periodo de al menos doce meses, lo que supone la cifra más baja desde 2012, cuando se registraron 65.000 llegadas.

La migración neta es el indicador que muestra la diferencia entre el número de personas que viven en el Reino Unido y los que emigraron.

En cuanto a la migración neta desde países no pertenecientes a la UE, alcanzó su nivel más alto desde 2004, con 248.000 personas más.

En términos generales, la migración internacional neta a largo plazo fue de 273.000 individuos.

Si bien esta cifra está por debajo de los niveles récord de alrededor de un tercio de un millón de personas que se registraron en 2016, todavía es casi tres veces superior al objetivo fijado por el Gobierno británico de reducirla a menos de 100.000.

Según el informe, la migración neta de las conocidas como naciones UE8, aquellas que se unieron al bloque común en 2004 entre las que están Polonia y la República Checa, fue de menos de 14.000 en el último año.

Por segundo trimestre consecutivo, las cifras mostraron que hubo más ciudadanos de estos países que abandonaron el Reino Unido de los que llegaron.

Por otro lado, los ciudadanos de 14 estados comunitarios, como Francia, Alemania, Italia y España, continúan sumándose a la población del Reino Unido con una migración neta de 47.000.

“Podría haber varias razones para este cambio de patrón, las decisiones para migrar son complejas y la opción de trasladarse hacia o desde el Reino Unido se verá influenciada por una serie de factores”, dijo Jay Lindop, director del centro de migración internacional de la ONS.

El informe se publica mientras se espera que el Ejecutivo de Theresa May haga públicas sus propuestas sobre el sistema de inmigración que regirá en el Reino Unido tras el “brexit”.