Icíar Bollaín (entrevista)
Icíar Bollaín: "El racismo sigue muy presente en todas partes"
La Vanguardia, , 27-11-2018Madrid, 26 nov (EFE).- Pionera de las cineastas españolas y emblema del cine más comprometido, Icíar Bollaín viaja a Cuba en su nuevo largometraje, “Yuli”, para contar una historia “que rompe tabúes”, la del bailarín Carlos Acosta, biznieto de esclavos, que llegó a ser el primer Romeo negro del Royal Ballet de Londres.
“El racismo sigue muy presente en todas partes”, ha señalado a Efe la ganadora del Goya a mejor dirección por “Te doy mis ojos” (2003), y pone como ejemplo lo que le costó encontrar en Cuba a un actor negro para interpretar al padre de Carlos, un papel que recayó finalmente en el coreógrafo Santiago Alfonso.
La complicada relación de Acosta con su padre es el eje del guion de “Yuli”, escrito por Paul Laverty a partir de la autobiografía del propio bailarín. La película, que se estrenará el próximo 14 de diciembre, atraviesa los últimos 40 años de historia de Cuba.
PREGUNTA.- “Yuli” es diferente a todo lo que ha hecho antes. Mezcla ficción, documental, biopic y danza.
RESPUESTA.- Creo que es la más ambiciosa visualmente, filmar las coreografías ha supuesto un reto. Pero no es documental, hay momentos de baile que sirven para contar algo de la vida de Carlos, eso es lo diferente, la ficción se entremezcla con el baile.
P.- Pero sale el verdadero Carlos Acosta hablando de sí mismo.
R-. Sí, era una manera de romper el ‘biopic’ convencional. La película cuenta una historia en tres periodos: su infancia (interpretada por el niño Edlison Manuel Olbera), su juventud (Keyvin Martínez) y su presente, con el propio Carlos.
P.- En todas tus películas hay un elemento de compromiso social, y aquí también. Es una historia de superación que rompe tabúes.
R.- La historia de Carlos es diferente porque es un niño que no quiere bailar, lo hace porque su padre le obliga. Más que de superación es de ruptura de tabúes. Un biznieto de esclavos que termina bailando al príncipe blanco por excelencia que es Romeo, en el Royal Ballet.
P.- ¿En qué medida sigue siendo el racismo un problema candente hoy?
R.- El racismo sigue muy presente en todas partes. Un Óscar con actores negros sigue siendo noticia. A mi me costó encontrar al actor para hacer de padre, había muy pocos actores negros, siendo Cuba un país tan multirracial.
P.- “Yuli” entrelaza la historia personal y familiar de Carlos Acosta con el trasfondo de la historia de Cuba.
R.- La película habla de ballet y de la Cuba de las familias, la gente que vivió el exilio a Miami en los 80, o el periodo especial, que fue de lo más duro de la historia reciente de Cuba.
P.- ¿Qué ha descubierto del país que no conociera?
R.- Conocía Cuba porque he sido alumna y profesora en la escuela de cine de San Antonio de Baños, pero lo que he descubierto es el mundo del ballet y el talento que hay, no sólo en la danza, también en teatro, pintura… hay una creatividad y una energía muy grandes.
P.- ¿El talento es un privilegio o una responsabilidad?
R.- Tiene las dos caras. Es una bendición pero si quieres desarrollarlo requiere un sacrificio. Sin talento no vas a ningún lado, pero sin esfuerzo tampoco. En todo caso, es más un bien que un mal.
P.- Usted fue pionera como mujer directora en España, la segunda en la historia en ganar el Goya a mejor dirección después de Pilar Miró. ¿Cómo ve hoy el panorama?
R.- La asociación CIMA, de la que formo parte, lleva años presionando para fomentar la proyección de mujeres cineastas y está dando resultados. Queda mucho por hacer pero hay más conciencia. Este año hay varias películas de directoras noveles que seguro van a estar en los Goya.
P.- ¿Por ejemplo?
R.- “Viaje al cuarto de una madre” (de Celia Rico), “Carmen y Lola”, (Arantxa Echevarría), “Las distancias” (Elena Trapé) o la comedia “Mi querida cofradía” (Marta Díaz).
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