Sídney (Australia), 21 nov (EFE).- Los intentos de suicidio y automutilación han aumentado entre los cientos de solicitantes de asilo y refugiados que Australia tiene en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, denunció hoy la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI).

La ONG responsabiliza de ello al Gobierno australiano por los recortes en los servicios de salud y por las continuas amenazas a la seguridad de los indocumentados, se indica en un informe elaborado con el Consejo de Refugiados de Australia.

“Tres personas se han suicidado por la desesperación de estar varios años en una cárcel abierta y en los últimos dos meses al menos otros cinco han intentado terminar con sus vidas, incluyendo uno que se tragó cuchillas de afeitar y cortauñas”, dijo la directora de AI en Australia, Claire Mallinson, en un comunicado.

La difusión del informe coincide con el aumento de las evacuaciones a Australia de decenas de niños junto a sus familias, que hasta ahora estaban recluidos en otro centro de detención en ultramar, en Nauru, y que padecían graves problemas de salud mental.

Los traslados tuvieron lugar tras las presiones de médicos y activistas ante la crisis humanitaria en Nauru y Manus, centros que Australia reabrió al retomar su política de detención obligatoria en ultramar en 2012, pese a que la mayoría huye de zonas de conflicto.

“La situación de los hombres de la isla Manus es igual de grave”, precisó Mallison que recalcó que estos hombres no tienen servicios adecuados de atención a traumas y torturas en un lugar en que los hospitales locales carecen de personal y no tienen intérpretes ni ambulancias.

Según el Consejo de Refugiados, Australia tenía hasta el 21 de octubre 1.278 inmigrantes en estos centros, incluidos 495 en Manus a los que ha reconocido como refugiados.

La directora de políticas del consejo, Joyce Chia, comentó el caso de Hamid Khazaei, que murió este año de sepsis tras cortarse el pie en lo que calificó como una serie de errores y después de que las autoridades rechazaran su traslado a un hospital en Australia.

El mes pasado, AI registró 70 casos de personas con graves problemas estomacales, gástricos y de hernias, así como de visión y mentales desde hace meses y que han sido tratados en Port Moresby, la capital papú, sin progresos significativos.

Mallison instó a Australia a contribuir a la apertura de rutas legales y seguras de tránsito de inmigrantes y a abrir las puertas a más refugiados, así como la aceleración de los trámites para revisar las solicitudes de asilo.

El informe coincide con la confirmación por parte del Gobierno australiano de que no firmará el Pacto Mundial para la Migración, acordado en julio pasado en la ONU, al considerar que afecta a su soberanía.